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INFILTRACIÓN MUNDIAL
Al mes siguiente, ya terminada la guerra en Polonia, Hitler volvió a hablar, esta
vez en el Reichstag (8 de octubre de 1939) y reiteró su ofrecimiento de paz
haciendo notar que no existía ningún motivo de guerra entre Alemania, por una
parte, y Francia y la Gran Bretaña por la otra. Alemania no les pedía nada.
"Siempre he expresado a Francia mi deseo de enterrar para siempre nuestra
vieja enemistad y aproximar a estas dos naciones…No he consagrado menor
esfuerzo a la realización de un entendimiento angloalemán, mejor dicho, de
algo más: de una amistad anglo-aleman a. En ningún caso y en ningún lugar he
actuado contra los intereses británicos. . . incluso hoy creo que no puede haber
auténtica paz en Europa y en el mundo entero más que si Alemania e Inglaterra
llegan a un entendimiento.
"Si realmente esta guerra debe ser emprendida tan sólo para dar a Alemania un
nuevo régimen. . . entonces, millones de vidas humanas serán sacrificadas en
vano. No, esta guerra en el Oeste no puede resolver ningún problema. . .
"Una cosa es cierta. En el curso de la historia del mundo no ha habido jamás
dos vencedores, pero sí muy a menudo sólo perdedores. Que los pueblos y sus
dirigentes que comparten esta opinión den ahora su respuesta. Y que los que
consideren la guerra como la mejor solución, rechacen mi mano tendida".
Corno marco de ese ofrecimiento, toda la prensa alemana hablaba de paz.
Pero casi toda la prensa inglesa, francesa y americana, sujeta a cierta
orientación, contestaba ridiculizando las palabras de Hitler. Entonces nadie
chistaba en Occidente en pro de la paz.
General Ludwig Beck, ex
jefe del Estado Mayor
General, llevaba varios
años trabajando
secretamente para
derrocar a Hitler. Quería
restablecer el Tratado de
Rapallo para que el
Ejército Alemán
colaborara con los
soviéticos
Dos días más tarde {10 de octubre) Hitler volvió a hablar, en el Palacio de los
Deportes, e insistió en su deseo de llegar a un arreglo. "Alemania -dijo- no tiene
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