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INFILTRACIÓN MUNDIAL
veinte años después habrían de ocupar altos puestos en el régimen de la media
Alemania dominada por el comunismo.
Walther Tygor, Richard Quast, Herman Dünow y algunos más, manejaban la
falsificación de pasaportes y sellos para los agentes que necesitaban entrar a
Alemania o salir de ella.
El químico Mayer ganó para la "Representación Comercial Soviética” secretos
de las plantas alemanas Solvay, de productos químicos.
Kallenbach extraía de la Krupp diseños secretos de máquinas y los entregaba
al agente Ruski, que viajaba a Moscú.
Fiodor Volodichev se robaba piezas de micrófonos y teletipos perfeccionados
de la Siemens.
El ingeniero Wilhelm Richter se llevaba a Moscú documentos secretos de la
fábrica de cemento Polysius.
Seiffert robaba tipos modernos de teléfonos de campaña.
Eduard Ludwig espiaba en las fábricas alemanas de aviones Junkers y Dornier;
Theodor Pech extraía secretos sobre la producción de vidrio a prueba de balas,
en Aquisgrán, etc., etc.
Una de las primeras fábricas que descubrió el saqueo, o sea la IG-Farben,
organizó un cuerpo de detectives privados en Leverkusen, y poco después llego
a descubrir que los soviéticos ya habían infiltrado a una secretaria en esos
servicios de protección, con objeto de averiguar quiénes les seguían los pasos.
El Tratado de Rapallo fue un magnífico negocio para la. URSS, pues gracias a
él logró rehacer sus cuadros de instructores militares, crear nuevas fábricas y
recuperar muchos años que llevaba de atraso en el campo de la técnica.
En cambio, para Alemania fue una trampa; una pérdida de capital, de
enseñanzas y de tiempo. Pero además, y esto resultó a la larga mucho más
grave, al amparo del Tratado de Rapallo y utilizando los contactos directos que
este implicaba, se introdujo en el Ejército Alemán una célula de Infiltración que
al correr el tiempo desempeñaría un papel de extraordinaria importancia. Era
muy pequeño el número de sus integrantes, pero su ubicación les confería una
virulencia letal. El Tratado de Rapallo, con sus consecuencias, que se
prolongaron durante más de 20 años, fue posible sólo por la Infiltración Mental
que lo presentó como benéfico para Alemania.
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