INFILTRACIÓN MUNDIAL PDF - NUEVA EDICIÓN MEJORADA Infiltración Mundial PDF actualizado | Page 312
Salvador Borrego
"Un extraño zumbido en el aire -dice Lothar van Greelen hace que los soldados
se detengan y miren ansiosamente hacia el cielo gris. Se hace visible una
aparición que escupe fuego; prosigue su vuelo a enorme velocidad y semejante
a un cometa, desaparece hacia el oeste. ¡Las V-2!,-gritan los granaderos, que
no sienten ya su fatiga".
Aquello les daba ánimo para seguir adelante. Pero, por un escaso margen de
tiempo, era ya demasiado tarde.
El número de tanques paralizados por falta de combustible iba en aumento.
Ante los contraataques aliados los tanquistas tenían que volar sus propios
aparatos y convertirse en infantería.
Entretanto, terminaba el período de mal tiempo y se reanudaban los ataques
aéreos masivos.
La ofensiva de las Ardenas había fracasado.
De ninguna manera era posible lograr una transacción con Occidente. Entonces
en Occidente era un crimen inconcebible que alguien quisiera hablar de tregua
o de paz.
Mientras, en el Oriente la URSS había iniciado (enero de 1945) nueva ofensiva
en todo el frente.
El 6º ejército SS fue retirado de fa zona de las Ardenas y enviado a Hungría
para detener el ala izquierda de la embestida comunista. Otras unidades
alemanas irían siendo también retiradas del frente de los ejércitos americanos,
inglés, canadiense y francés para acudir al frente antibolchevique.
El coronel Skorzeny dice que al concluir la ofensiva de las Ardenas "Hitler debía
de poseer un enorme dominio de sí mismo ya que no aprecié en él ninguna
huella de depresión por el fracaso de la ofensiva, en la cual se habían
depositado tantas esperanzas. 'Vamos a lanzar una ofensiva de gran fuerza en
el Suroste', me dijo al despedirme". Trataba de recuperar los pozos petroleros
de Rumania.
El mariscal Manstein dice que un alto oficial que trataba a diario a Hitler le refirió
lo siguiente: "Las bajas de que tenía que enterarse Hitler con detalle o que le
eran descritas con todo lujo de detalle plástico, se le hacían penosísimas, y se
le veía literalmente abrumado bajo el peso de tales descripciones, lo mismo que
se advertía su doloroso sufrimiento cada vez que tenía noticia de la muerte de
personas que le eran conocidas. Mi opinión, formada en años de continua
observación, me lleva a creer que nada de teatral había en esto, sino que eran
una auténtica faceta de su personalidad, y que si ante la galería acentuaba su
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