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INFILTRACIÓN MUNDIAL
El inicial punto de apoyo, el brazo armado de la Infiltración, descansaba en su
cómplice el general Paul von Hasse, comandante de la Guarnición de Berlín,
que tenía en su cuartel al batallón "Grossdeutschland". Este batallón se
emplearía para cercar la zona de los Ministerios y de la Gestapo; luego
empezarían las ejecuciones.
El batallón "Grossdeutschland" iba a ser el puñal de la Infiltración en Berlín.
Luego otras unidades irían siendo movidas para destrozar el Estado.
LA INTUICIÓN DE UN MAYOR Y DE UN TENIENTE.
El general Von Hasse llamó al comandante del batallón “Grossdeutschland”,
Mayor Otto Remer, le dijo que Hitler había sufrido una desgracia, que el ejército
se había hecho cargo de la situación y que el batallón debía salir a cercar la
zona de los ministerios. Que no dejara entrar ni salir a nadie.
El Mayor Remer había sido herido en ocho ocasiones distintas, en el frente . Los
conjurados lo habían interrogado para conocer su forma de pensar y llegaron a
la conclusión de que carecía de opiniones políticas y que se concretaría a
obedecer.
Efectivamente, en el momento de la emergencia el Mayor Remer obedeció y
puso el batallón en movimiento, pero a la vez les dijo a los tenientes Hagen y
Sieebert que aquello le parecía extraño. Algo le sonó raro en las palabras del
general Von Hasse. Nada había dicho sobre el sucesor de Hitler.Remer tenía la
impresión de que "había gato encerrado", según sus propias palabras.
El teniente Hagen le dijo al Mayor Remer que minutos antes había visto en la
calle pasar un automóvil en el que iba el mariscal Von Brauchitsch, uniformado.
Brauchitsch hacía mucho que estaba retirado del servicio. El teniente Hagen
unía ese detalle al recelo del Mayor Remer y deducía que podía estar
ocurriendo una rebelión. (En realidad Brauchitsch no figuraba en la conjura y se
trataba de otro general a quien el teniente Hagen confundió con Brauchiisch).
Remer resolvió que el teniente se fuera a hablar con el Dr. Goebbels, Ministro
de Propaganda, o con alguien de la Gestapo, para aclarar la situación.
Mientras el batallón se ponía en movimiento, el Mayor Remer reunió otros
indicios sospechosos, tales como la presencia de un teniente coronel ajeno a la
unidad y un diálogo en voz baja del general Von Hasse, que hablaba de una
patrulla volante para capturar a Goebbels.
A las 6:30 de la tarde ya estaba tendido el cerco en la zona de los ministerios.
Entonces el teniente Hagen fue a decirle al Mayor Remer que acababa de
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