INFILTRACIÓN MUNDIAL PDF - NUEVA EDICIÓN MEJORADA Infiltración Mundial PDF actualizado | Page 279

INFILTRACIÓN MUNDIAL operar la infiltración mental, que tiende a desplazar el espontáneo y recto juicio para sustituirlo sutilmente con el engaño. Una tenaza, la Infiltración Física, repta y golpea en el ámbito de la materia, en tanto que la otra tenaza, la Infiltración Mental, invade sagazmente el ámbito del espíritu. La materia es dominable por la fuerza, pero el espíritu no, y la única manera de dominarlo es cambiarle sus normas. Vaciarle sus valores auténticos y depositarle falsificaciones. Esta el la tarea diabólica de la Infiltración Mental. Los encubiertos protectores del marxismo dentro de Alemania eran un grupo relativamente muy reducido. Su número y privilegiada ubicación bastaban para obtener secretos y hacerlos llegar a Moscú, pero carecían de poder sobre el pueblo alemán. Por desde hacía años venían tratando de influir a diversos generales que no eran infiltrados, pero que mediante el engaño podían convertirse en inconscientes colaboradores de los conjurados. Fue típico, por ejemplo, cómo el Dr. Goerdeler se valió del Dr. Karl Stroelin para influir en la esposa del mariscal Rommel y luego en éste. No se pretendía hacer de Rommel un infiltrado, sino de inducirle una idea falsa que lo hiciera marchar por un camino equivocado. Como otros varios generales, Rommel era competentísimo en su especialidad, leal a su Patria, pero si se le sacaba de su ámbito profesional podía cometer graves errores en el terreno político. Rommel no quería la derrota de Alemania. Temía el triunfo del comunismo. Y precisamente con base en estos sentimientos la infiltración le deslizó la idea de que, si se eliminaba a Hitler, los aliados occidentales prescindirían de su exigencia de “rendición incondicional” y Roosebelt y Churchill ayudarían a Alemania a continuar la lucha contra el bolchevismo. A Rommel le pareció que sus informantes eran de buena fe y bien interesados, gracias a los contactos que mantenían con el extranjero. No se puede ser especialista en todo. Rommel era hábil en la lucha de tanques y en la batalla contra el enemigo abierto, identificado, franco, y no pudo distinguir las acechanzas de los doctores Stroelin y Goerdeler. Al igual que Rommel, otros generales, como Von Kluge y Stüepnagel, llegaron a creer que si Hitler era eliminado, Roosebelt y Churchill se unirían a Alemania para acabar con la amenaza comunista. Los infiltrados inducían esa falsa idea, pero ellos sabían perfectamente cuál era la situación. Uno de ellos, Fabián von Schlabrendorff, dice: "Sabíamos a través de nuestros contactos clandestinos con países extranjeros, que podíamos esperar pocos cambios en las actitudes de aquellos países en guerra con 279