INFILTRACIÓN MUNDIAL PDF - NUEVA EDICIÓN MEJORADA Infiltración Mundial PDF actualizado | Page 275
INFILTRACIÓN MUNDIAL
superioridad numérica y abundancia de armas, pero seguía siendo débil en
guerra de movimientos y su táctica se apoyaba en la dureza de sus politrukos
(comisarios) que lanzaban ola tras ola de atacantes, pagando muy alto precio
por cada kilómetro de avance. Sus bajas ascendían a 17 millones de hombres y
pese al estoicismo y mansedumbre del ruso, ya se advertían indicios de
profundo cansancio en las masas.
La situación tenía también puntos muy desfavorables para Alemania, pero el
aumento de producción le permitiría en el primer semestre equipar a 130
divisiones de infantería y a 40 blindadas. Con esto había muchas
probabilidades de que dominara la situación hasta que entraran en acción las
nuevas armas secretas.
SI MATABAN ENTONCES A HITLER TODO EL BOTÍN SERÍA DE MOSCÚ.
Por todo lo anterior, el Movimiento de Infiltración consideró que era de la
máxima urgencia asesinar a Hitler y tomar el poder.
El teniente coronel Fabián von Schlabrendorff dice que "el hechizo que
emanaba de la persona de Adolfo Hitler no podía ser roto completamente
mientras él continuase con vida. Hacer desaparecer este hechizo de un golpe
audaz y al mismo tiempo quitar la carga al Ejército alemán de su juramento de
fidelidad al Führer…era la tarea más urgente y el requisito necesario para el
éxito de cualquier golpe de Estado…De acuerdo con nuestro plan todos los
altos dirigentes del partido nazi, desde el kreileiter (jefe de distrito) hacia arriba,
lo mismo que todos los jefes .de la SS y de la Gestapo, hubiesen sido acusados
de disminuir la capacidad defensiva del pueblo alemán. Los juicios se hubieran
celebrado ante un Tribunal Militar; la sentencia de muerte hubiese sido
pronunciada y ejecutada dentro de las 24 horas posteriores a que el acusado
hubiese sido declarado culpable…Estas medidas contra la jefatura nazi
hubiesen sido duras y rápidas. No teníamos intención de arriesgar nada".
Como ocurre siempre en las actividades de la Infiltración, se iba a acusar a las
SS y a la Gestapo de “disminuir la capacidad defensiva del pueblo
alemán", o sea las cosas exactamente al revés de la realidad. Los que estaban
minando esa capacidad defensiva eran los infiltrados, y de ese delito acusarían
a su principal adversario, a las SS y a la Gestapo, a quienes se proponían
aniquilar en una matanza selectiva.
El coronel Stauffenberg ya tenía una bomba lista para matar a Hitler la próxima
vez que tuviera acuerdo con él, pero además se adiestró al joven Heinrich von
Kleist para que el 11 de febrero asesinara al Führer durante un acto público. Sin
embargo, ese día hubo un bombardeo aéreo y el acto se canceló a última hora.
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