INFILTRACIÓN MUNDIAL PDF - NUEVA EDICIÓN MEJORADA Infiltración Mundial PDF actualizado | Page 256
Salvador Borrego
Llegaban del Servicio de Información de vuelo. Los escuchas del servicio de
radio acababan de comprobar que en las unidades rusas se registraba gran
actividad que iba haciéndose cada vez más intensa. Aquello sólo podía
significar que gran cantidad de aparatos iban a despegar o estaban ya
despegando. Pronto los detectores tipo Freya situados en Karkov anunciaron
que centenares de aviones se dirigían hacia allí.
"Con aquello no había contado nadie: los rusos conocían por lo visto el día y la
hora de la ofensiva alemana. Habían sabido -dice el general Hans Seidemann-
uno de los secretos mejor guardados por los alemanes y ahora, al enterarse, se
adelantaban a su enemigo. Antes de que uno solo de los bombarderos
alemanes hubiese despegado, ya se aproximaba toda una flota aérea rusa
dispuesta a atacar los aeródromos de la zona de Karkov, en los que no cabía ni
un avión más.
"La catástrofe era inminente si los rusos llegaban antes del despegue de los
aviones alemanes o lo hacían en el momento más vulnerable: durante el
despegue. Si lograban llegar en el momento oportuno, toda la operación
Ciudadela se vendría por los suelos, la operación en que tanto esperaba
Alemania para decidir de una vez la suerte de la guerra en Rusia.
"En aquellos momentos de gran peligro, el Caza alemán sabía que el despegar
inmediatamente era cuestión de vida o muerte para todos. Apenas llegó la
noticia de que se aproximaba aquella armada, las escuadrillas de la 52
Escuadra de Caza se elevaron inmediatamente interceptando al enemigo
durante el mismo vuelo de subida.
"En el aeródromo de Karkov, el orden de despegue se alteró en el último
minuto. Los bombarderos estaban con los motores en marcha dispuestos para
salir al aire cuando entre los huecos y en todas direcciones despegaron a toda
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prisa los cazas de la Escuadra número 3".
El general Seidemann dirigía la operación y veía ya aproximarse los avion es
soviéticos, sobre los cuales se lanzaron los primeros cazas alemanes que
habían ganado altura. Más de cuatrocientos bombarderos y cazas soviéticos se
aproximaban al aeródromo. Y se trabó una de las más grandes batallas del aire.
El propio general Seidemann dice: "Era un espectáculo que muy pocos han
podido ver. Por todas partes se veían aviones incendiados que caían hacia el
suelo. En un corto espacio de tiempo fueron derribados unos 120 aviones
rusos. Las pérdidas propias eran tan reducidas que se podía hablar de una
victoria total… Las formaciones rusas habían sufrido una generosa poda antes
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La Luftwaffe.- Cajus Bekker.
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