INFILTRACIÓN MUNDIAL PDF - NUEVA EDICIÓN MEJORADA Infiltración Mundial PDF actualizado | Page 24
Salvador Borrego
El pasaporte interno se estableció como forzoso para todo habitante de la
URSS. En ese documento figuran su filiación, los miembros de su familia, su
actuación política, su conducta en el trabajo, sus aportaciones "voluntarias", etc.
No se puede viajar libremente de una ciudad a otra, sin motivo justificado y
autorizado, y en muchas ciudades ni siquiera se puede pasar de un sector a
otro.
Salir del país quedó prohibido y además una vasta zona fronteriza fue vedada a
la población civil. "Cuando a orillas del Dniester contempláis la inmensa llanura
que se extiende ante vuestros ojos tenéis la impresión de hallaros ante un país
muerto. Nadie salvo algunos milicianos. La población soviética no está
autorizada a acercarse a la orilla".
Tal es, desde la instauración de la URSS, lo que muchos años después fue
bautizado como la Cortina de Hierro. Por eso desde 1920 se dijo que la URSS
era un campo de concentración de 25 millones de kilómetros cuadrados con l60
millones de presidiarios y 20 millones de guardianes.
En aquel gigantesco país ya no penetra ninguna información (para el público)
procedente del extranjero; ni periódicos, ni revistas, ni libros, ni siquiera las
ondas de radio porque los aparatos rusos están fabricados para captar sus
propias difusoras, además de que es un delito escuchar las extranjeras.
La Sección de lnformación (I.N.F.O.), dependiente de la CHEKA, convirtió en
delatores forzosos {por intimidación) a más de un diez por ciento de los
habitantes. Nadie puede confiar ya en nadie. La "soplonería" se practica como
instinto de conservación y oficialmente es glorificada. Fue famoso el caso de un
niño "héroe" komsomil, apellidado Maxinov, quien denunció a su padre y
ocasionó que éste fuera condenado a cinco años de cárcel. El periódico
"Pravda" (18 de septiembre de 1935) exaltaba al jovencito y lamentaba que al
regresar a su casa hubiera encontrado a su madre llorando, víctima "de la vieja
moral burguesa que aún no hemos dominado enteramente".
El gigantesco aparato represivo no actúa sobre la población como un
organismo policiaco cualquiera, sino que se halla infiltrado en todo el sistema
nervioso y circulatorio de los diversos sectores sociales. Desde el primer
momento penetró hasta en la lglesia Ortodoxa para vincularla al régimen y
hacerla instrumento de éste. Marx había escrito: "La religión de los trabajadores
es atea porque busca restaurar la divinidad del hombre". Y de acuerdo con eso
el comisario de Instrucción Pública, Lunacarskij, basó la instrucción pública en
tres axiomas: que la religión es enemiga de los trabajadores, que la ciencia
explica todo y no deja sitio a la religión y que la fe religiosa es una deslealtad
hacia la URSS.
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