INFILTRACIÓN MUNDIAL PDF - NUEVA EDICIÓN MEJORADA Infiltración Mundial PDF actualizado | Page 209

INFILTRACIÓN MUNDIAL Precisamente, por precipitarse, el infiltrado Richard Sorge acababa de ser descubierto en Tokio por la policía japonesa. Sorge era funcionario de la embajada alemana en Japón y pasaba secretos a Moscú. Su captura hizo caer a una red de espías japoneses y él fue ahorcado dos años después. Los conjurados tenían que proceder lentamente, midiendo cada paso. Trott Zu Solz y el Dr. Schoenfeld, miembros del Círculo de Kreisau, hacían viajes a Berna, Suiza, para entrevistarse con su cómplice Gisevius e informarle de los trabajos de la conspiración. Estos informes (procedentes de Ludwig Beck y de Goerdeler) eran trasmitidos a Allen Dulles, del Servicio Secreto Americano. Realmente los conjurados no estaban inactivos. Bajo la protección de Canaris, Goerdeler fue a la ciudad ruso de Smolensk a tratar de convencer al mariscal Von Kluge de que ayudara a matar a Hitler. Von Kluge se hallaba bajo la constante presión de su jefe de Estado Mayor, el general Von Tresckow, que era uno de los infiltrados más activos. Entretanto, Ludwig Beck trataba de ganarse al general Von Paulus, comandante del 6º ejército, a quien le envió un mensaje secreto instándolo a rebelarse junto con su ejército. Durante una visita al cuartel general de Hitler, Canaris y un ayudante suyo aguardaban en un prado. El ayudante divisó a Hitler y dijo: "A esta distancia el blanco es seguro". Canaris le dilo: "Hágalo, pues" Pero el ayudante repuso que no llevaba pistola. Hitler comentaba entre sus íntimos: "Yo comprendo perfectamente que el 90% de los asesinatos históricos han sido coronados por el éxito. La única medida preventiva que se puede tomar es no llevar una vida regular. Hay que andar, conducir el propio coche, viajar a horas irregulares y de improviso... Siempre que puedo, cada vez que me desplazo en coche, parto de improviso y sin prevenir a la policía". Durante ese invierno Hitler guiaba su automóvil rumbo a Berchtesgaden, en compañía de Eva Braun, y un individuo le hizo un disparo que pegó en el parabrisas. Hitler se detuvo y capturó al fallido asesino, que se había quedado paralizado, a un lado de la carretera. Se veía que no era un experto, ni mucho menos, pero no fue posible hacerle hablar, y se le ejecutó. ORDEN DEL DÍA: “¡SEIS EJÉRCITOS NOS CERCAN!”. El 19 de noviembre las recién entrenadas y equipadas reservas soviéticas (que con base en informes falsos Hitler creía que no existían) se lanzaron en 209