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INFILTRACIÓN MUNDIAL
Kremlin. Rommel avanzaba en África. En el frente aéreo estaban adoptándose
nuevos sistemas defensivos y acababa de nacer el avión de chorro. Pero en la
lucha contra el enemigo invisible el asesinato de Heydrich acababa de producir
un trastorno incalculable. Las investigaciones en este sector avanzaban muy
lentamente. Kaltenbruner había ocupado el puesto de Heydrich.
Bernd Gisevius, vicecónsul de Alemania en Zurich, era agente de Canaris y del
general Ludwig Beck. Secretamente se puso en comunicación con los aliados y
les propuso que hicieran un desembarque en Francia y que arrojaran
paracaidistas cerca de Berlín, a fin de que el Movimiento de Infiltración diera un
golpe y derrocara a Hitler.
Los aliados juzgaron poco viable ese plan porque las guarniciones alemanas en
las costos francesa, belga, holandesa y noruega eran muy fuertes. El descenso
de paracaidistas en la zona de Berlín requería el dominio del aire, que estaba
aún muy lejos de lograrse.
Lo que sí pudo realizarse en esos días fue un desembarque local de
canadienses e ingleses en Dieppe, Francia, utilizando 253 barcos. La división
alemana 302 (de las fuerzas de Von Rundstedt) derrotó él desembarco aliado
en ocho horas de combate (19 de agosto). Pero con base en este suceso, que
por sí mismo no había tenido gravedad, Canaris hizo llegarle a Hitler una
sucesión de informes falsos, hablando de nuevos y más grandes
desembarques para fecha próxima. Consecuentemente, Hitler retiró de la
ofensiva en Rusia y envió a Francia a dos de sus mejores divisiones, la SS
"Leibstandarte Adolfo Hitler" y la "GrossDeutschland".
De todos lados recibía ayuda el Ejército Rojo...
Mientras, la Gestapo seg uía los pasos de algunos altos funcionarios y de
ciertos generales, jefes y oficiales. Era una tarea de romanos. Había cerca de
dos mil generales y 320,000 jefes y oficiales de Estado Mayor o de diversas
especialidades importantes. La correspondencia de muchos de ellos era
interceptada y examinada.
Uno de los infiltrados, el teniente coronel de Estado Mayor Fabián Von
Schlabrendorff, dice: "Las cartas aparentaban una lealtad extraordinaria. Se
decía “con completa confianza en la victoria final”, refiriéndose a la lucha en
Rusia, pero en la Resistencia usábamos la frase en el sentido inverso… La
Gestapo había obtenido parte de mi correspondencia con Nebe, pero tuvieron
que reconocer que no había absolutamente nada en las cartas que pudieran
utilizar contra mí".
Fabián Von Schlabrendorff formaba parte de la peligrosa célula de infiltración
en el Grupo de Ejércitos alemanes del sector central de la URSS. Este grupo
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