INFILTRACIÓN MUNDIAL PDF - NUEVA EDICIÓN MEJORADA Infiltración Mundial PDF actualizado | Page 183

INFILTRACIÓN MUNDIAL El 7 de marzo el conde Ciano anotaba en su Diario que Mussolini le acababa de decir: "Esta guerra no es a propósito para el pueblo italiano, que no tiene la madurez ni la tenacidad necesarias para soportar una prueba tan formidable y tan decisiva”. 35 "Es una guerra para los alemanes y los japoneses, pero no para nosotros". En ese mismo mes de marzo Hitler expidió las directivas 22 y 28 indicándole a Rommel que no atacara porque aún no recibía completas las tres divisiones que se le habían asignado. (La 5ª ligera y las blindadas 15 y 21). La Infiltración hizo llegar el contenido de esas directivas al general Wavell, jefe supremo británico en África. Pero resulta que Rommel vio ciertas posibilidades tácticas de atacar y lo hizo el 31 de marzo, en la región de El Agheila. Sólo disponía de la 5ª división ligera alemana y de algunas unidades menores de tanques. El general Wavell descansaba ese día en El Cairo y no creyó que se tratara de un ataque formal, pues Rommel no tenía fuerzas suficientes ni autorización de Hitler. Esa circunstancia potenció la audacia de Rommel. Los ingleses fueron tomados por sorpresa. Seis días más tarde caían prisioneros los generales británicos Neame y Sir Richard O'Connor. Al día siguiente (7 de abril) era capturada la fuerte posición de Mechili y caían prisioneros otros dos generales ingleses, Cambier-Parry y Vangham. Rommel disponía de muy pocos tanques, pero a los cañones antiaéreos de 88 milímetros de diámetro los hacía rendir como si fueran tanques. Llevaba "levantadores de polvo" para hacer creer a los ingleses que tenía considerables fuerzas. La temperatura era de 50 grados a la sombra, y en la noche descendía a 8 grados. El ejército inglés fue arrollado, una parte se encerró en Tobruk y el resto retrocedió hasta la frontera egipcia. 35 Los alemanes decían que las tropas de algunas unidades italianas combatían muy bien, pero que en general su equipo y sus jefes eran deficientes. Los alemanes se sorprendían de ver que los generales italianos se hacían servir por meseros elegantes y que se reservaban las mejores raciones. Un menú de segunda clase era para los oficiales y el peor para la tropa. En el ejército alemán la ración era semejante para todos. 183