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INFILTRACIÓN MUNDIAL
soldados. Hasta nueva orden los componentes de esta división no serán
distinguidos ni ascendidos".
El comandante de la división, general Himer, alegó que había obedecido
órdenes de su superior inmediato, el general Sponeck, pero eso no lo libró de
quedar incluido en la terrible "orden del día", a la que él mismo tuvo que dar
lectura ante las tropas.
Sin embargo, la 46ª división quiso reivindicarse en los siguientes días y luchó
duramente contra los soviéticos que habían desembarcado en la Península.
Un mes más tarde el mariscal Von Bock, de reconocida dureza en el combate,
levantó el castigo y envió la siguiente orden del día: "Expreso mi especial
reconocimiento a la 46ª División de infantería por su excelente comportamiento
desde principios de enero (1942) en las batallas defensivas en el istmo y confío
recibir las proposiciones para ascensos y condecoraciones".
TERCER HALLAZGO DE SECRETOS TRAICIONADOS.
Antes de la crisis de invierno, en la gran batalla de envolvimiento de Bryansk,
los alemanes capturaron a mediados de octubre un puesto enemigo en el que
encontraron documentos reveladores de que los soviéticos conocían, desde el
2 de agosto, decisiones del Alto Mando Alemán adoptadas la semana anterior.
Se trataba de un plan para que Guderian embistiera hacia Moscú desde el
sudoeste. A eso se debía que el general Jeremenko hubiera levantado
fortificaciones en esa zona y recibido grandes refuerzos.
Los captores alemanes de esos documentos estaban furiosos. ¿Dónde se
encontraban quienes tan rápidamente hacían llegar secretos al enemigo?
¿Quiénes eran ellos que con tan mortífera eficacia causaban incalculables
bajas de soldados alemanes?
Los documentos fueron entregados al almirante Canaris, jefe del servicio de
contraespionaje. Esta dependencia tenía por misión: a) recibir todos los
informes de los agregados militares alemanes en el extranjero y recabar datos
sobre las fuerzas armadas enemigas; b) sabotear el esfuerzo bélico del
enemigo y preparar acciones de comando; c) ejercer el contraespionaje para
evitar que los espías enemigos obtuvieran secretos alemanes.
Por tercer vez (en el periodo de agosto a octubre de 1941), se le entregaron a
Canaris documentos soviéticos reveladores de que la URSS estaba recibiendo
importantísimos secretos alemanes. Y Canaris debe haberse burlado en su
fuero interno, pues precisamente él era uno de los jefes del Movimiento de
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