Indigentes Antofagasta Septiembre, 2015 | Page 11

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Ahora,

pobreza,

yo te sigo.

Como fuiste implacable,

soy implacable.

Junto

a cada pobre

me encontrarás cantando, bajo cada sábana

de hospital imposible

encontrarás mi canto.

Te sigo,

pobreza,

te vigilo,

te acerco,

te disparo,

te aislo,

te cerceno las uñas,

te rompo

los dientes que te quedan.

Estoy

en todas partes:

en el océano con los pescadores,

en la mina

los hombres

al limpiarse la frente,

secarse el sudor negro,

encuentran

mis poemas.

Yo salgo cada día

con la obrera textil.

Tengo las manos blancas

de dar pan en las panaderías.

Donde vayas,

pobreza,

mi canto

está cantando,

mi vida

está viviendo,

mi sangre

está luchando.

Derrotaré

tus pálidas banderas

en donde se levanten.

Otros poetas

antaño te llamaron

santa,

veneraron tu capa,

se alimentaron de humo

y desaparecieron.

Yo te desafío,

con duros versos te golpeo el rostro,

te embarco y te destierro.

Yo con otros,

con otros, muchos otros,

te vamos expulsando

de la tierra a la luna

para que allí te quedes

fría y encarcelada

mirando con un ojo

el pan y los racimos

que cubrirá la tierra

de mañana.

Vagabundos/Septiembre 2015