III Edición Senderos Didácticos: Degolla del humo - San Pedro Degollada del Humo - Presa de La Laguna- San Pedro | Page 5
excepcionales como el Pino Gordo de Vilaflor, con 60 metros de alto y un tronco de
2,66 m.
Una importante propiedad del pino canario a destacar es la de brotar de cepa
(raro en las coníferas), lo que junto al gran espesor de su corteza y a su peculiar forma
de enteamiento -que es central en vez de radial como en otros pinos, con lo que la parte
más combustible se mantiene alejada del fuego- hacen que pueda sobrevivir a los
incendios, envidiable característica que no poseen otras especies de pinos.
El área dominada por el pinar canario comienza con el límite superior del mar de
nubes en las vertientes Norte, bajando hasta casi los 100 m en las vertientes Sur en
zonas muy localizadas, siendo lo normal 400-500 m. Su límite superior está entre los
2.000-2.400 m de altitud, en donde ya se vuelven extremas las condiciones climáticas
con oscilaciones de temperaturas anuales y diarias muy amplias. Se distribuye por las
islas centrales y occidentales, excepto en La Gomera donde el monteverde es la
formación que cubre las cumbres de la isla.
Las formaciones de pinar están caracterizadas por la presencia del pino canario,
que domina en todas ellas como elemento arbóreo único, exceptuando sus cotas más
altas en Tenerife y La Palma, donde se presenta como acompañante el cedro canario
(Juniperus cedrus). Son formaciones generalmente abiertas con sotobosques bastante
escasos.
Las comunidades asociadas a los pinares varían de acuerdo con la exposición, la
altitud y el grado de ecotonía con otras zonas de vegetación; en el norte estará en
contacto con el fayal-brezal y los codesares, en tanto que en el sur con los escobonales,
jarales y tomillares. Una importante característica que condiciona la vegetación
acompañante es la acidez de los suelos debida a la acción conjunta de la naturaleza de
las rocas y la descomposición de la pinocha.
La importancia del pinar como fuente de recursos para las sociedades que han
poblado las islas es manifiesta. En general, los pinares fueron áreas de obtención de
recursos desde la época prehispánica, donde constituían posiblemente las zonas de
mejores pastos. A la llegada de los europeos se comenzó a talar de manera progresiva el
pinar, con el fin de obtener grandes cantidades de madera. La madera más blanda se
utilizaba como leña para los fuegos caseros y para fabricar carbón, actividad ésta que
llegó a ser realmente devastadora.
La madera de tea (parte más interna de los pinos viejos, fuertemente resinosa)
debido a sus especiales características de dureza y resistencias la hacían muy
aprovechable para trabajos de carpintería y ebanistería (artesonados, techumbres,
puertas, etc.) llegando incluso a exportarse a la Península, donde existen muchos
edificios en los que se empleó esta preciosa madera.
Un típico uso del pinar fue la obtención de brea o pez, mediante quema de trozos
de tea para extraer su, resina. Se empleaba sobre todo para calafatear barcos, así como
con fines medicinales. El proceso se realizaba en hornos preparados en las mismas
zonas del pinar.