queremos escucharla, con mensajes no verbales como asentimientos de cabeza,
mirada centrada en la persona que habla…
Aprender a escuchar entre “líneas”, en algunos mensajes que escuchamos es
igual de importante lo que dicen que lo que no dicen, debemos estar atentos a
ver lo que se dice entre líneas en una conversación.
No adoptar una actitud hostil ni
emocional mientras se escucha,
esto impedirá que la persona se
sienta escuchada, porque puede
hacerle sentir incómoda.
Aprender
a
evitar
las
distracciones, si sabemos que es
demasiado tarde y nos tenemos
que marchar, sin embargo,
deseamos escuchar lo que nos
dicen, debemos evitar mirar el
reloj constantemente, pues al final
estaremos más atentos del reloj que de la otra persona.
Especialmente, cuando el otro tiene un problema, hay que escucharle con mayor
interés. Es el momento de aplicar la escucha activa, pues la otra persona necesita
ser escuchada y comprendida.
Ventajas que la escucha activa tiene, tanto sobre la persona que escucha como
sobre la que se siente escuchada:
Crea un clima de confianza y cercanía que facilita la comprensión mutua.
Se puede comunicar aceptación e incrementar la motivación del usuario.
Se reduce la tensión, las diferencias de criterios.
Se aprende del otro.
Se facilita la reducción de conflictos.
Ayuda a tomar mejores decisiones y con mayor seguridad.
Castelló, A. (2013). Habilidades comunicativas (III): la escucha activa. Recuperado de:
http://comunicacionencambio.com/escucha-activa/
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