Aprendiendo a Escuchar
Por: Castelló, Araceli.
La naturaleza nos dio dos ojos, dos orejas y una boca para que pudiéramos
observar y escuchar el doble de lo que hablamos. Epíteto.
Saber escuchar es igual, o incluso más difícil, que saber hablar. La escucha
activa es un elemento indispensable en la comunicación eficaz y se refiere a la
habilidad de escuchar no sólo lo que la persona está expresando directamente,
sino también los sentimientos, ideas o pensamientos que subyacen a lo que se
está diciendo. Para llegar a entender a una persona se precisa cierta empatía. La
escucha activa significa escuchar y entender la comunicación desde el punto de
vista del que habla.
Existen algunos obstáculos que impiden que escuchemos con eficiencia y
debemos ser conscientes de estos para poder superarlos:
Atención dividida: tratar de hacer demasiadas cosas al mismo tiempo nos coloca
y coloca al usuario en una posición inadecuada e incómoda.
Atención a nosotros mismos: comprometemos nuestra capacidad de escuchar a
la otra parte.
Pretender que escuchamos: cuando en realidad no es así.
Querer hablar primero: El error más habitual es querer hablar primero y
expresar nuestro punto de vista a toda costa.
Existen algunas actitudes que nos van a permitir mejorar nuestra escucha activa:
No interrumpir cuando el usuario está hablando ni valorar o enjuiciar las
palabras del otro de inmediato.
Comprender que no somos los únicos que hablamos, esto se traduce en dejar
hablar a los demás sin anticiparnos a lo que nos van a decir.
Consideración y amabilidad hacia las personas con quienes hablamos, esta
consideración podemos demostrarla con hechos como: valorar lo que dicen,
prestarles atención etc.
Voluntad de hacer que la escucha sea parte activa del proceso de comunicación,
ser conscientes de que debemos escuchar y mostrar a la otra persona que
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