En otras palabras, podemos
decir que, las personas con
mayor poder de empatía son
capaces
de
“leer’’
claramente las emociones
de los demás; de ese modo,
lograr así una conexión más
nutrida hacia ambos y el
poder
de
ayudar
y
responder adecuadamente a
las necesidades del otro.
La empatía es uno de los
grandes elementos para
lograr relaciones humanas
exitosas, pues además de permitirnos la comprensión a la otra persona desde el
plano mental, también nos permite involucrar nuestros propios sentimientos y
emociones.
Desde pequeños la empatía es algo que desarrollamos primitivamente, en los
primeros años de vida que luego con el transcurso de los años se va reforzando
mediante nuestras relaciones y la podemos desarrollar con gran facilidad ya sea
para con nuestros amigos, padres o quizás en ocasiones un total desconocido.
(González, 2014)
Una pieza clave en las
relaciones interpersonales es lo
que de forma coloquial
hablamos de “ponerse en la piel
de la otra persona”. Ser
empático no implica vivenciar
todo lo que vive la otra persona
para entenderla. Por ejemplo,
para ser empático con una
persona que acaba de romper
con su pareja, no tengo que romper con una pareja (incluso dándose la misma
situación es probable que fuese vivida de forma distinta. La empatía es una
habilidad que podemos desarrollar y entrenar para facilitar nuestras relaciones,
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