Identidades Número 1, Febrero 2014 | Page 57

Cuba. ¿Un futuro fallido? La democracia y sus retos Armando Soler Hernández Periodista independiente La Habana, Cuba Suga suga shi Bofu no ato ni Tsuki kiyo shi Renovadora Después de la violenta tormenta Sube la luna radiante. Haiku de despedida del vicealmirante Takijiro Onishi, el creador de los ataques tokkotai (kamikaze), en vísperas de suicidarse. N uestro país, ¿tendrá ya designado su destino como Estado fallido? ¿Uno como Somalia y el Congo, donde la población pervertida por la pobreza obligada y perenne identifica para siempre a las autoridades y a sus fuerzas represivas, sean cuales fueren, como enemigos y opresores, y no como salvaguarda ante la anarquía? Lamentablemente, así parecen indicarlo las circunstancias actuales. El discurso oficial sigue una ruta que evade aceptar las realidades y las tendencias mundiales hacia la interrelación e integración bajo premisas de libertad y democracia. Este desvío, erizado de perjuicios y atrasos, viene deteriorando desde hace mucho tiempo el nivel de civilización occidental que, por cultura e historia, Cuba había alcanzado en la década de 1950.Por lo pronto, los resultados son bien visibles. La sociedad cubana desconfía del Estado, de sus mecanismos de orden y gobierno, y de su vago proyecto de modelo de economía y nación. Y no cabe esperar otra actitud. El totalitarismo por más de medio siglo ha dejado una dura impronta. El grupo en el poder ha gobernado secretamente, imponiendo de súbito leyes que restringen derechos universales o saltan el propio orden constitucional. Así, la economía y la sociedad que le da vida han sufrido una grave deformación. Pese a todas las promesas y medidas parciales, la nación se ha transformado en un sitio pobre, represivo, sin esperanzas para un futuro personal y colectivo de firme progreso. El resultado es un pequeño país miserable, del cual sus pobladores más jóvenes y capaces continúan huyendo en cuando pueden. El envejecido grupo gobernante no parece aceptar esta realidad y mucho menos es capaz de encontrar otra alternativa que no sea permanecer rígidamente aferrado al poder y proclamándose como los únicos capaces de definir so- 55