ven sino el fruto de viejos rezagos, un capítulo
más de la muy antigua saga de nuestros desencuentros por pruritos geográficos.
Y creo que verlo así es una simpleza.
De la misma manera que es una superficialidad
—–muy conveniente para el gobierno— enmarcar las anormales oleadas migratorias de nuestros
provincianos dentro de la dinámica común de los
países subdesarrollados, hacia cuyas capitales bajan los pobres para mejorar sus vidas, pero sin
ocasionar el resquemor, el miedo y aun la enconada aversión que hoy genera entre nosotros.
Es tremendamente injusto, triste y dramático que,
después de haber sido manejados hasta la debacle
por el poder político, habaneros y orientales se
vean embarcados en discrepancias sin sentido y
en el agravamiento hasta el colmo de choques de
conceptos estrechos que tienen ya muy vieja data
y que jamás reportaron otra cosa que pérdidas
para ambos y desunión para todos.
Por supuesto que siempre hubo regionalismo en
Cuba y muy en particular la pueril controversia
entre habaneros y orientales. Pero nunca antes el
contencioso ganó como hoy categoría de dilema
nacional.
antes el regionalismo fue estimulado generalmente por mezquinos afanes o por divergencias
de carácter militar y político, o por liviandades
que son propias de la vanidad y el prurito populares, en la actualidad responde a un imperativo de
sobrevivencia tanto para provincianos como capitalinos
Es una actitud como de náufragos que no caben
juntos sobre la única tabla de salvación. Y ojalá
que no parezca un tremendismo recordar que circunstancias tales suelen ser caldo de cultivo para
el odio y los enfrentamientos fratricidas. A quien
requiera una constancia de que este litigio no es
un mero capítulo de las disparidades históricas
entre habaneros y orientales, le bastará con observar que muchos entre quienes hoy rechazan la
avalancha migratoria hacia La Habana son tan
orientales ellos mismos como el que acaba de llegar.
Entonces, me limito a dejar una pregunta en el
aire:
El diferendo, ¿es de simple carácter regionalista o
por razones mucho más graves?
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