Anfiteatro de Alamar, tribuna desde la cual se rapeaba: “que te importa que te ame, si tú no me
quieres ya; el amor que ya ha pasado, no se puede
recordar, porque yo nací en otra época y soy de
otra generación; mi corazón no está lleno de dolor
y no me gusta el son: a mí me gusta el rap”.
El rap cuestionó, desde el escenario del Anfiteatro
de Alamar, la ética y la actitud del Estado y sus
instituciones políticas, militares y policiales.
Cuestionó el grave estado de la economía y los
cambios que las nuevas medidas económicas provocaron. Cuestionó la Causa Nº 1 (1989) contra
el general Arnaldo Ochoa y otros, así como la
guerra en Angola. Cuestionó la educación y la imparable crisis en la cual se encuentra. Cuestionó a
cada uno de los dirigentes estatales y su inaptitud
y poco interés en resolver los graves problemas
económicos. También cuestionó el sentido del
rap, los raperos y su lugar en la cultura musical
cubana.
Uno a uno y tema a tema, los raperos cubanos fueron realizando un trabajo escatológico sin dejar
espacio social y humano que no se investigara
desde sus rimas. El rap fue una explosión suprema. Los raperos se convirtieron en los reyes de
la calle y llenaron cada esquina con improvisados
fraseos de crítica a la violencia doméstica, el alcoholismo creciente y la brutalidad en aumento
de la policía. El rap cubano tuvo aliados, hermanos de causa que secundaron con experimentos
sonoros y vocales esta novedosa manera de decir,
con raíces bien profundas en la historia de los
cuenteros africanos y los griot, improvisadores de
rimas que caminaban de pueblo en pueblo trasmitiendo oralmente la historia de mitos y naciones,
brindando anónimos consejos de aldea en aldea.
“Respiren” dijo el rap; “Socialismo o Muerte”,
dijo el Comandante y ninguno entendió lo que el
otro decía o no se escucharon, algo común en la
cultura política cubana. Por eso en 2004, utilizando diferentes maniobras y estrategias, el gobierno intervino el Festival de Rap, segundo festival underground que se perdía como espacio de
integración socioc ultural y que desde la capital
irradiaba a todos los rincones del país. Y entonces
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le tocó el turno a los poetas, “la media noche con
Dios” que el Maestro pronosticaba.
Omni Zona Franca
Salvo dos o tres excepciones, los poetas cubanos
siempre han sido un aparte dentro de la cultura
política. La mayoría han sido conocidos por la calidad poética de sus textos. José Martí y Rubén
Martínez Villena son grandes ejemplos de poesía
y trabajo político, pero en general los poetas cubanos se han encargado de hacer poesía y aportar
en silencio a la calidad poética de la vida nacional. Eso cambió en 1998, cuando de nuevo, en la
periferia cultural de los espacios de poder y en la
periferia física de la capital, un grupo de poetas se
reunió para crear un espacio colectivo junto a pintores y escultores.
El grupo OMNI Zona Franca no es un grupo político, sino que surgió en un estado politizado y
camino a una militarización de los espacios sociales, para proponerse objetivos claros y definidos,
sociales y culturales. Objetivos humanos.
¿Por qué el Estado ha tratado, por todos los medios, que OMNI Zona Franca se desintegre, desaparezca o deje de trabajar en los espacios públicos? Podemos citar cinco razones fundamentales:
1.
Este grupo de poetas propuso la poesía cubana y universal como medio de comunicación
social y al poeta como pontífice de los caminos
de la nación cubana de cara al futuro. El poeta es
hacedor de encrucijadas, en las cuales la nación
se reencuentra con su historia y la reconstruye
desde la poética más humana y profunda.
2.
Estos artistas multidisciplinarios, en su
mayoría afrodescendientes, propusieron el performance, que nació de la crítica por los artistas
contemporáneos a las tradiciones de la pintura
clásica y la museografía para servir como herramienta de comunicación social en espacios públicos de la ciudad. Performances e intervenciones
públicas nunca habían sido utilizadas en Cuba de
manera tan intensa y constante como herramientas de crecimiento personal y comunicación social. El grupo de escultores propuso el rescate de
los espacios públicos y civiles para la libre expre-