Identidades Numero 3, Septiembre 2014 | Page 92

Anfiteatro de Alamar, tribuna desde la cual se rapeaba: “que te importa que te ame, si tú no me quieres ya; el amor que ya ha pasado, no se puede recordar, porque yo nací en otra época y soy de otra generación; mi corazón no está lleno de dolor y no me gusta el son: a mí me gusta el rap”. El rap cuestionó, desde el escenario del Anfiteatro de Alamar, la ética y la actitud del Estado y sus instituciones políticas, militares y policiales. Cuestionó el grave estado de la economía y los cambios que las nuevas medidas económicas provocaron. Cuestionó la Causa Nº 1 (1989) contra el general Arnaldo Ochoa y otros, así como la guerra en Angola. Cuestionó la educación y la imparable crisis en la cual se encuentra. Cuestionó a cada uno de los dirigentes estatales y su inaptitud y poco interés en resolver los graves problemas económicos. También cuestionó el sentido del rap, los raperos y su lugar en la cultura musical cubana. Uno a uno y tema a tema, los raperos cubanos fueron realizando un trabajo escatológico sin dejar espacio social y humano que no se investigara desde sus rimas. El rap fue una explosión suprema. Los raperos se convirtieron en los reyes de la calle y llenaron cada esquina con improvisados fraseos de crítica a la violencia doméstica, el alcoholismo creciente y la brutalidad en aumento de la policía. El rap cubano tuvo aliados, hermanos de causa que secundaron con experimentos sonoros y vocales esta novedosa manera de decir, con raíces bien profundas en la historia de los cuenteros africanos y los griot, improvisadores de rimas que caminaban de pueblo en pueblo trasmitiendo oralmente la historia de mitos y naciones, brindando anónimos consejos de aldea en aldea. “Respiren” dijo el rap; “Socialismo o Muerte”, dijo el Comandante y ninguno entendió lo que el otro decía o no se escucharon, algo común en la cultura política cubana. Por eso en 2004, utilizando diferentes maniobras y estrategias, el gobierno intervino el Festival de Rap, segundo festival underground que se perdía como espacio de integración socioc ultural y que desde la capital irradiaba a todos los rincones del país. Y entonces 92 le tocó el turno a los poetas, “la media noche con Dios” que el Maestro pronosticaba. Omni Zona Franca Salvo dos o tres excepciones, los poetas cubanos siempre han sido un aparte dentro de la cultura política. La mayoría han sido conocidos por la calidad poética de sus textos. José Martí y Rubén Martínez Villena son grandes ejemplos de poesía y trabajo político, pero en general los poetas cubanos se han encargado de hacer poesía y aportar en silencio a la calidad poética de la vida nacional. Eso cambió en 1998, cuando de nuevo, en la periferia cultural de los espacios de poder y en la periferia física de la capital, un grupo de poetas se reunió para crear un espacio colectivo junto a pintores y escultores. El grupo OMNI Zona Franca no es un grupo político, sino que surgió en un estado politizado y camino a una militarización de los espacios sociales, para proponerse objetivos claros y definidos, sociales y culturales. Objetivos humanos. ¿Por qué el Estado ha tratado, por todos los medios, que OMNI Zona Franca se desintegre, desaparezca o deje de trabajar en los espacios públicos? Podemos citar cinco razones fundamentales: 1. Este grupo de poetas propuso la poesía cubana y universal como medio de comunicación social y al poeta como pontífice de los caminos de la nación cubana de cara al futuro. El poeta es hacedor de encrucijadas, en las cuales la nación se reencuentra con su historia y la reconstruye desde la poética más humana y profunda. 2. Estos artistas multidisciplinarios, en su mayoría afrodescendientes, propusieron el performance, que nació de la crítica por los artistas contemporáneos a las tradiciones de la pintura clásica y la museografía para servir como herramienta de comunicación social en espacios públicos de la ciudad. Performances e intervenciones públicas nunca habían sido utilizadas en Cuba de manera tan intensa y constante como herramientas de crecimiento personal y comunicación social. El grupo de escultores propuso el rescate de los espacios públicos y civiles para la libre expre-