Democracia
deliberativa
Fernando Palacio Mogár
Presidente del Partido Solidaridad Liberal Cubano
La Habana, Cuba
S
on varios los proyectos y organizaciones que basan su trabajo en
la interacción y contacto directo
con la ciudadanía, entre ellos la Plataforma Femenina Nuevo País (PFNP), el
Comité Ciudadano por la Integración
Racial (CIR), el Centro de Estudio Liderazgo y Desarrollo (CELIDE) y el
Proyecto Nuevo País (PNP).
Estos proyectos y otros están llegando a
la comunidades más apartadas de la
Isla, a través de talleres, encuentros,
cine-debates, encuestas y otros medios
con metodología participativa; están
empoderando a los ciudadanos, además
de que visualizan, forman y adiestran a
líderes comunitarios que más adelante
se van a convertir en referentes y a la
vez ayudarán a divisar los problemas de
sus comunidades y trabajarán de conjunto para resolverlos o mitigarlos.
Me viene a la mente la “DEMOCRACIA DELIBERATIVA”, que si es lo
que pensé, solo cambié mi forma de
visualizarla y entenderla después que el
1ro de marzo de 2015 participe en un
taller en la Universidad Internacional de
la Florida (FIU), al cual fui invitado por
la Plataforma de Integración Cubana y
el Programa por la Democracia Deliberativa de la Universidad Carnegie Mellon
Después de escuchar las magistrales
intervenciones del profesor Robert Cavalier, Manuel Cuesta Morúa, Juan Antonio Madrazo Luna y Rafael Campoamor sobre “Teoría, Práctica y la Aplicación de la Democracia Deliberativa”, no
me quedó la menor duda que la democracia deliberativa es un proceso viable
para lograr avanzar en el largo camino
de la llegada de libertades, derechos y
democracia a Cuba.
En este proceso de discusión pública,
los participantes están informados y
conscientes de que lo principal es la
búsqueda del bienestar colectivo, y no
en dar prioridad al individuo. De este
modo se ayuda a superar las barreras
entre lo individual y lo colectivo, que
por más de medio siglo ha sido una gran
problemática.
Cada día son más los ciudadanos completamente convencidos de que, para
que rijan las ideas democráticas y de
libertades, hay que contar con la participación protagónica de la sociedad
civil y el ciudadano de a pie. La democracia deliberativa nos permite desarrollar espacios para la participación ciudadana activa en la toma de las decisiones, tanto de las comunidades como en
el país, contribuyendo a poner en práctica una metodología que ayude a reconocer las diferencias y similitudes para
lograr consenso al tomar decisiones.
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