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uno debe estar dispuesto a trabajar fuera
del horario de trabajo,
en jornadas de 10 y hasta 12 horas,
incluso fines de semanas, para cubrir las
labores de dos profesionales sin recibir
pago adicional. Hay que responder con
resultados satisfactorios a todas las
exigencias del contenido de trabajo,
realizar trabajos voluntarios, comprar los
medios de oficina y, de ser necesario,
hacer labores de limpieza del local.
Además, los comedores obreros son
generalmente feos, oscuros, pocos
ventilados y carentes de higiene, siempre
con moscas. No puede olvidarse que las
bandejas o platos puede que estén mal
fregados. La comida se sirve fría, por lo
general, con sabor indefinido. Ni qué
decir del personal encargado del servicio,
con mal carácter y miradas codiciosas,
quienes quitan al trabajador parte de la
ración normada para garantizar un
sobrante y llevárselo a casa, porque los
empleados de las cocinas y comedores
obreros y estudiantiles cubren así las
necesidades propias y de sus familias.
Sindicato y vacaciones
Para completar los detalles de este triste
cuadro están las mal llamadas reuniones
sindicales, que resultan una gran burla y
ponen en evidencia el servilismo ante los
intereses de los
directivos de las
empresas que responden al gobierno y a
las organizaciones políticas. En estas
reuniones se informa a los trabajadores
qué se va a quitar, si son beneficios, y qué
se agregará, si se trata de tareas laborales.
A veces aparecen los compromisos de los
directivos con las instancias superiores,
que deben
ser cumplidos por los
trabajadores. Y tienes que asistir por
obligación y pagar la cuota sindical y de
las milicias de tropas territoriales (MTT),
que han acumulado tanto dinero en tantos
años que bien podrían desaparecer y vivir
de aquel, pero no cesa de ser ambiciosa y
obliga a todos los trabajadores a entregar
“voluntariamente” cada año el salario de
un día de trabajo. Si no pagas, quedas
señalado y puedes ser duramente
cuestionado por tus jefes y hasta por
compañeros de trabajo. Tienes que pagar
también una cuota mensual a un sindicato
que nunca va a defender tus derechos ni
mejorar tus condiciones de trabajo y
mucho menos de vida. Las vacaciones
deben planificarse a finales del año que
termina o a principios del año nuevo, pero
cuando llega el momento de disfrutarlas
debes esperar por la decisión puntual que
tome dirección del centro con respecto al
cargo que ocupas. A veces sucede que no
puede ser y tienes que aguardar por el
momento en que ellos creen que es
posible. La mayoría de los trabajadores
no disfrutan sus vacaciones en los días
planificados con antelación, sino que
guardan esos días libres para atender
problemas de salud, completar algún
trámite burocrático o resolver otra
urgencia. Total, ¿para qué tomar
vacaciones, sino tienes dinero para
disfrutarlas? El dinero no alcanza ni para
almorzar y comer en casa durante las
vacaciones. Mucho menos para alquilar
en un centro recreativo o en un hotel o
casa en la playa. Las vacaciones sólo
tienen razón de ser para los trabajadores
“vanguardias nacionales”, con derecho a
hospedarse en centros recreativos una vez
al año, y para los jefes o directivos. Los
demás no pueden contar con el dinero de
las vacaciones pagadas ni siquiera para
mejorar la vida. Nunca he disfrutado de
unas vacaciones; ni tan siquiera puedo
decir que he resuelto con ellas algún
problema en casa. Las vacaciones
pagadas traen su causa de un descuento
del salario mensual que se va acumulando
y se devuelve al tomar las vacaciones,
que son obligadas según el plan y, de no
disfrutarlas, cobras el dinero sin poder
disfrutar los días libres en otra ocasión.
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