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Después que Juan Antonio Alvarado, presidente de la Plataforma de Integración Cubana, dio la bienvenida y presentó a los ponentes, correspondió el turno a Madrazo Luna, quien expuso sus experiencias en los talleres que realiza y coordina en todo el país, y cómo la democracia deliberativa constituye una herramienta exquisita para generar participación plural de cientos de ciudadanos, al tiempo que un concepto atractivo para que ellos regresen a la política de modo que les resulte cordial. Su experiencia indica que la desafección política de los ciudadanos cubanos requiere un modelo y unos modos de participación que atraigan a la gente, no que la alejen de la construcción del futuro. De esta manera, la democracia deliberativa sirve en la sociedad civil para el acercamiento cruzado de los intereses diversos y para propiciar la horizontalidad necesaria que potencie, en todos los actores cívicos, sus capacidades y talentos a la hora de construir los diversos proyectos. Madrazo Luna pone énfasis en la gestión del conocimiento tanto para actuar con eficacia en escenarios complejos y diversos que proporcionan mucha información, como para incidir en realidades que son difíciles o se resisten al cambio. En tal sentido la democracia deliberativa coincide con la gestión del conocimiento al exigir un ciudadano informado capaz de argumentar y tomar decisiones racionalmente fundadas. La presentación del profesor Cavalier fue orientadora en la dirección práctica de vincular la democ racia deliberativa y las Mesas de Iniciativa Constitucional que se han venido realizando con el proyecto más amplio de reforma constitucional y que el proyecto Nuevo País viene animando tanto con su apoyo como con el apoyo de la Plataforma de Integración Cubana. Su intervención académica apunta a la preparación necesaria para escalar un peldaño en el proyecto de democracia deliberativa con el empleo de un instrumento de mayor alcance y de implicación global si es que pretendemos una reforma constitucional fundamental y de calado. Ese instrumento son las encuestas deliberativas, que han sido ensayadas tanto en Estados Unidos como en el parlamento europeo y demandan mayor profesionalización del trabajo con los activistas y con las Mesas de Iniciativa Constitucional. Un repaso de las virtudes de la democracia deliberativa fue también el privilegio con que contamos en el taller gracias al profesor Cavalier. Ciertamente la democracia deliberativa es históricamente joven con respecto al resto de los modelos de participación democrática y genera dudas en cuanto a su alcance y viabilidad en sociedades como las nuestras. El profesor Cavalier ilustró cómo la democracia deliberativa se empleó para elegir al jefe de policía de Pittsburgh implicando a los ciudadanos en el proceso desde el inicio, de manera que la elección respetara dos criterios: la visión de los ciudadanos y la necesidad de pericia profesional. Su intervención fue muy rica, porque abundó en los detalles conceptuales que hacen a la democracia deliberativa y que vale la pena relacionar. Las conversaciones de la democracia deliberativa tienen que darse dentro de un ambiente muy bien estructurado. Para ello hay un protocolo que comienza con una muestra de la población, a la cual se da información de fondo y se reúnen en pequeños grupos, de 6 a 7 personas, con moderadores entrenados. En general se da la oportunidad a las personas en esas mesas de hacer preguntas a un panel conocido como panel de recursos o 11