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cambiar el statu quo. En nuestros días resulta muy elocuente la observación de José H Fernández en que se apoya la autora: “Cuesta entender a algunos intelectuales cubanos que dicen ser defensores del derecho de los negros y mestizos, pero se [convulsionan] si otro intelectual, incluso tan oficialista y tan izquierdista como ellos, airea opiniones que contradicen el discurso oficial sobre el racismo en Cuba”. A pesar de todo, el auténtico asociacionismo y la voz de los afrodescendientes han venido fortaleciéndose, a todo riesgo, en los últimos anos. De ello da cuenta Omer Freixa en “Algunas impresiones sobre los afrodescendientes en Cuba”. Su participación en el IV Foro Raza y Cubanidad. Pasado, presente y futuro”, organizado por el Comité Ciudadanos por la Integración Racial, no solo le mostró la fortaleza que ha venido adquiriendo el movimiento independiente, sino que también le permitió constatar de primera mano la verdadera realidad de los afrodescendientes, la falta de reconocimiento oficial a sus necesidades y la inexistencia de programas para enfrentarlo. Este y muchos otros ejemplos de lo que acontece en la Cuba de hoy constituyen la base de la perspectiva optimista de Manuel Cuesta Morúa en “Cuba: la salida progresista”. El autor destaca, “la soterrada revolución social que se viene produciendo en Cuba desde hace 20 años, por lo menos, en la economía solidaria de barrios y comunidades, redes compartidas y clandestinas de comunicación e información, tolerancia social hacia la diversidad y apertura sin espasmo a otras realidades que nos fueron negadas durante más de 50 años”. Esta salida al caos revela que “la sociedad cubana, progresista per se en sus corrientes principales, va por delante del y se autogenera a pesar del Estado.” En medio de estas circunstancias, los trabajos “Desigualdades desde otras Postales Habaneras”, de Juan Antonio Madrazo; “El Moro, el precio del desdén”, de Surelys Vega y Eric Toledo; y “Capicúa-Cierre a doble blanca”, de Marthadela Tamayo; “Los afrodescendientes en la economía cubana actual”, de Fidel Guillermo Duarte; y “Rescatar una sociedad en peligro”, de Eleanor Calvo, se adentran en esa Cuba cruda y real que el gobierno trata de desconocer y que sus voceros ayudan a ocultar. Madrazo nos muestra la ciudad marcada por la extrema desigualdad y abunda en la dicotomía entre “La Habana Azul”, la ciudad de fronteras y exclusiones, y “La Habana Sur”, la profunda, donde las personas enfrentan la vida con coraje, a menudo desgarrador. Marthadela Tamayo establece una interesante analogía entre el juego de dominó y la composición socio-racial de las estructuras de poder en Cuba. Nos traslada al municipio oriental de Antilla, donde “las fichas blancas dominan de extremo a extremo de las mesas y aseguran su victoria. Vega y Toledo ofrecen testimonio visual en el video, disponible en la versión online de esta edición, que realizaron en El Moro, barrio de la tradicional Mantilla. Además de presentar impresionantes imágenes, abordan la forma en que una representativa muestra generacional y socio-racial de sus moradores percibe todo ese entorno físico, social y de hecho espiritual. En breve crónica dejan claro cómo la falta de viviendas, uno de los principales problemas del país, afecta más a la comunidad afrodescendiente y, unida a la precariedad laboral, provoca una estructuración racial de la marginalidad no solo en El Moro y otros tantos cinturones de miseria que rodean como fantasmas condenatorios a todas las ciudades del país, sino también en el seno de las propias ciudades, con muy precarias condiciones de salubridad y habitabilidad y peor atención oficial. Esta misma sección brinda el trabajo de Guillermo Duarte, quien se remonta a un análisis histórico de la situación de los afrodescendientes, las limitaciones impuestas y la historia de represión para demostrar cómo esos derroteros, reproducidos de forma cíclica, son un obstáculo para llevar adelante, en condiciones de igualdad, las más recientes y pregonadas reformas económicas. Por su parte Eleanor Calvo recorre las diferentes esferas de la vida social, económica, política y cultural de la nación cubana, bajo las condiciones impuestas por el gobierno, para entrar en la enorme polarización y desigualdad socioeconómica que sufre el pueblo, con los afrodescendientes llevando la peor parte. Las expresiones del desastre económico y social, y su agravamiento constante, 6