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El cierre de las sociedades en Pinar del Río, con juntas directivas integradas a la Federación de Sociedades de la Provincia de Pinar del Río, discurrió de manera escalonada y quizás sin proponérselo sus directivos e incluso contra la voluntad de algunos, desde fines de 1960 hasta principios de 1961 para tomar parte en el nuevo y convulso proceso de la joven Revolución Cubana. Sirva de ilustración este testimonio de Santos Carrete: “Al triunfo de la Revolución, algunos miembros tomamos la decisión de seguir funcionando, ya para entonces como un lugar donde podíamos reunirnos. Las autoridades rebeldes de la provincia ya habían prohibido usar el local con los fines que la utilizábamos antes de 1959, e íbamos allí para conversar y leer. A veces intercedíamos en los noviazgos de jóvenes cuyos padres eran miembros de la Atenas. Creo que resulta gracioso y la vez triste la reunión que se concertó con el Comandante Dermidio Escalona, Jefe Militar nombrado por el Gobierno Revolucionario en Pinar del Río, conmigo y con el presidente de la sociedad de blancos Colonia Española, para alertarnos que se iban a tomar medidas serías a fin de acabar con el racismo en Cuba y que iban a poner soldados de la Revolución en el Parque Colón para evitar que los negros y mulatos anduviésemos por un lugar y los blancos por otro. Yo, para calmar el ambiente un poco tenso que había en aquella oficina, le dije: Mire, Comandante, no lo tome a la ligera, el problema es que nos dividimos no a propósito, sino porque vamos siguiendo a las mujeres, que ellas se sientan en distintos lugares. A partir de ese momento cada asistencia a la Atenas se hizo bajo la mirada de las autoridades hasta que nuestro local fue intervenido al igual que los otros, con el tema de la nacionalización de empresas y el propósito de desaparecer la propiedad privada. Un buen día llegamos un grupo de miembros, casi todos de la junta directiva, y al llegar al local nos sorprendimos al ver la presencia de soldados en la puerta que nos impidieron el paso, alegando que a partir de ese momento este tipo de institución dejaba de existir y que la Revolución no iba a permitir más una sociedad dividida, mucho menos por el color. El problema fundamental llegó con que, al ser intervenido el inmueble, se perdieron documentos valiosos, que eran parte de la memoria histórica de la Atenas. Los pocos que pudimos salvar fue en un ambiente de franca confrontación con varios soldados y, al paso de los años, no vimos resuelto el problema del racismo, aunque algunos que llaman científicos plantean que este acabará. Yo ya no tengo esperanzas de ver resuelto ese problema por mi edad; espero que mis nietos y los hijos de mis nietos lo vean”.20 Notas: 1-La acepción mulato, tan común en la Cuba contemporánea, resultó una de las muestras más discriminatorias impuesta por los españoles desde finales del siglo XVIII, por semejanza con el cruce entre una yegua y un burro para dar como resultado el mulo, empleado en las labores sobre todo de las zonas montañosas. Se denominaba mulato ó mulata al hijo(a) de las relaciones sexuales a escondidas, y a veces por la fuerza, entre dueños de plantaciones azucareras y esclavas. 2-Directorio Central de las Sociedades de Instrucción y Recreo en Biblioteca Nacional José Martí. 3-Montejo Arrechea, Carmen, Las sociedades negras en Cuba, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2004, pp. 31 s. 4-Ibidem. 5-Ricardo Noriega Suárez, destacado investigador pinareño sobre los temas de la cultura y promotor cultural, participó activamente de niño y con sus padres en las actividades de Atenas Occidental. 6-Entrevista a Visia Suárez, maestra y miembro de Atenas Occidental. 7-María Dolores González y otros, “El rumor de Haití en Cuba: temor, raza y rebeldía”, Revista Caribe, Santiago de Cuba, No.13, pp. 50 s. 8- Pignon, Elsa, “El asociacionismo republicano en Pinar del Río”, Revista de Indias en Internet, pp. 8 s. 9- Pozo, Victorino, “Renovarse o Morir”, en Revista Mensual Ilustrada Evolución, Octubre 1924. Fotocopia facilitada por María Elena Camero, profesora de la Escuela Vocacional Militar Camilo Cienfuegos de Pinar del Río. 77