oxígeno y libertad, para ser, estar y aportar a la sociedad desde áreas que había desocupado. En nuestras pretensiones juveniles pensamos también cambiar el contexto cultural y hasta lo sentimos posible, pero fue una intención secundaria, nacida justamente de la negativa a nuestra sincera propuesta. El evento de mayor impacto fue Rotilla. Este festival de música electrónica fue atrayendo cada año a más jóvenes en busca de“ Aire Libre”, 1 diversión, diferencia, amigos y una aventura que contar sobre las vacaciones. Llegó a tener una afluencia, según cifras oficiales, de veinte mil personas. ¡¡¡ 20 000!!! ¿ Les parece poco? A nosotros nos asustó, nos excitó, nos hizo creer que era posible ser feliz en Cuba. Aprovechando las ventajas que Isla Tropical brinda por su privilegiada ubicación caribeña, Rotilla nació en la pequeña playa que le dio nombre, al este de la capital. Luego se trasladó a Playa Jibacoa y allí, durante 3 largas( para los organizadores) días y noches de un fin de semana de agosto tenía lugar el acontecimiento. Llegábamos dos días antes para montar los escenarios, que sumarían seis, cada uno con características particulares. Había que limpiar la playa, fumigar, abrir la desembocadura del río y organizar la logística, que fue creciendo cada año a gran velocidad. Nos quedábamos después para dejar bien recogida el área y regresábamos hasta asegurarnos que las entidades de limpieza higienizaran la playa con maquinarias. La colaboración de amigos y grupos comunitarios voluntarios( hoy desintegrados), la labor de un pequeño pero eficiente equipo de seguridad, la disposición gratuita de los artistas que convocábamos, así como un grupo fiel de seguidores permitieron construir uno de los eventos que más impacto ha logrado en la juventud cubana. Venía público de todas las provincias. Intentamos convocar a los DJ’ s más jóvenes y reservar siempre un espacio para todos. El festival adquirió connotación internacional con artistas de Venezuela, Inglaterra y Brasil. Agregamos otros géneros musicales y el hip hop se lució. En las tarimas de Rotilla se dieron conciertos multitudinarios y únicos; otros se perdieron por el camino. Los acuerdos con los artistas siempre fueron gratuitos. Sólo garantizábamos alimentación, transporte y estancia en salón VIP habilitado para su confort. Nuestra condición de independientes no daba oportunidad de pagarles por sus presentaciones, pero fue gratificante hacerlos sentir en su espacio, ofrecerles a todos lo mismo, regalarles algo diferente y saber que valía la pena. El crecimiento de Rotilla se comenzó a ver ya en 2008, pero el año determinante fue 2009. Convocamos a una conferencia de prensa, en nombre propio, sin instituciones ni representantes. Fuimos el primer proyecto independiente que se atrevió a eso, aunque no teníamos noción de que lo hacíamos. Dijimos a la prensa nacional e internacional, plana y digital, a los artistas y organizadores, a“ todos, todos los involucrados: ¡ escuchen nuestra propuesta, participen, vengan!”. Imposible olvidar el momento en que entendimos que la fila de jóvenes que
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