aquí. El viento, que antes movía las hojas
con ligereza, ahora acelera su fuerza de
forma verdaderamente inusitada ¿Qué es
lo que está pasando? El árbol más cercano
parece una caja de música. Ahora se
balancea y sacude como si estuviera a punto
de sufrir un ataque al corazón. Es tal su
fuerza que las raíces del árbol se elevan
tratando de sujetarse a tierra firme. Pero no
es el único- ese árbol que se encuentra por
allá; y ese; y aquel; y aquel-. Todos se
mueven vertiginosamente. Y todos se
aferran al suelo. Todos los arboles que mi
vista puede contemplar. Mientras tanto, la
hierba que parecía una alfombra verde,
ahora acelera y parece una extensión larga
de llamas palpitando hacia el cielo- un
infierno donde esas pequeñas y mortíferas
llamas se mueven en el hervor de los
abismos serpenteando- moviéndose con
todo el furor del que son capaces. ¡Es
realmente impactante!
Me encuentro absorto. Y a la vez
paralizado cuando el silencio volvió a
apoderarse del paisaje como lo está
haciendo el mismo viento. La tranquilidad
que se percibe tan aterradora e inquietante
como lo fue hace unos minutos Me
e n c o n t ra b a r e a l m e n t e a s u s t a d o y
confundido. Y con esa tranquilidad a mi
alrededor mis nervios estallaron que dudo
en ir a ver de qué se trata todo. Dudo en ir-
c ó m o e s u s u a l e n e s t e t i p o d e
circunstancias.
Esa luz, que anteriormente era azul, casi
blanca, se ha ido condensando hasta llegar a
una tonalidad escarlata delineada por una
franja y un centro del mismo color que se
debilitaba y se transformaba en esa línea
anaranjada. Esa misma luz se comprimía y
se expandía en intervalos irregulares que
era como si tuvieran vida propia. Sus
respectivas contracciones, sus constantes
expresiones se pueden asemejar a las
pulsaciones de un laúd sumamente
peligroso- a los eternos y flamígeros latidos
de un corazón introducido en plena agonía-.
U n c o ra zó n q u e l at i e s e d e fo r m a
independiente y a punto de estallar. Esa luz
me sugirió tantas cosas como la necesidad
de ir y averiguar de qué se podría tratar. Me
levanto inmediatamente del sillón.
Camino hasta el borde de la escalera. Me
asomo por la barandilla y desciendo los
escalones poco a poco en paso lento que el
viento se detenía a esperar a que llegara a
tierra firme para llegar a algún lugar donde
yo pudiese ver lo que hay con mayor
claridad. ¡Pero eso sí! No estaba dispuesto a
acercarme de forma demasiado precipitada.
Primero tenía que fijarme con seguridad o
inseguridad que podría representar para mí.
Podría haber sido una imprudencia y una
entrada segura al cementerio. ¡No! ¡No
puedo ir! Tengo miedo! Demasiado.
-¡Hey! ¿Qué está sucediendo? Se está
convirtiendo en...
“ mortíferas llamas se
mueven en el hervor de
los
abismos
serpenteando ”