Idea Escrita FLOR AZUL | Page 23

Las palabras ya no salen de mí. Distingo el sonido metálico inconfundible que golpea rápidamente. –¡Aisa! Su tijera fría alcanza mi piel, miro su rostro contraído con un gesto de disgusto. Cierro los ojos, espero con gusto su corte, pero no llega. En cambio, siento un beso tibio sobre la lágrima que escurre en mi mejilla. Escucho barullos, gritos, sonidos de sirenas, golpes de camillas, crujidos de metal sobre los escalones. Despierto, una desesperante sensación de inmovilidad me atraviesa. Apenas a l c a n z o e l ro s t ro d e Luciano con los dedos, porque se lo llevan escoltado en otra camilla en dirección opuesta a la que me llevan a mí. Me doy cuenta de que mira al infinito, habla de una esperanzadora agonía y, al escucharlo, mi alma se llena de pesadez y escalofrío. ¡Cristina! Agradecida, miro a Aisa retirarse en silencio con el rostro sereno.