reventar, por el presagio de luces rojas y azules que
giran sin piedad, mientras una patrulla se introduce
en el empedrado, un policía conduce la patrulla,
acompañado de un oso de peluche gigante manchado
de tierra y sangre, sentado sobre el asiento del
acompañante, inmediatamente me desvanecí sobre
el sofá, mientras el timbre de la puerta sonaba una y
otra vez, “no hay plazo que no se cumpla” pensé
mientras elevaba la mirada, golpeando mi mano
ferozmente con el marco de la ventana, terminando
de desprender el pellejo del dorso, en una herida
sangrante que envolví de inmediato con el trapo viejo
lleno de aceite, que guarde en el bolsillo trasero,
antes de abrir la puerta, disimulando el sangrado
pero los ojos al punto del llanto, por el dolor,
“¿Anselmo Vargas?” pregunto el uniformado,
mientras mi mente voló para buscar respuestas, “si”
respondí con un poco de ansiedad, mientras mi
mente divagaba en busca de la mejor respuesta, “su
esposa tuvo un accidente” palabras que libertaron
por fin el llanto acumulado en los golpes de mano, los
policías miraban la escena sin saber que decir,
mientras me sujeto del borde de la puerta intentando
no caer, “la mayor de las actuaciones” pensé, “el
mejor actor dramático” mi pecho inflado de la
grandiosidad, tomo el trapo del bolsillo para secar las
lagrimas, mientras la cara se llenaba de aceite y
sonaba el piso con las pequeñas pinzas de corte que
guardaba en el bolsillo trasero al caer, el policía se
agacho para tomarlas, solo mi enojo visible, detrás de
la suciedad en el rostro “Esta arrestado por el
intento de asesinato de la señora Marina Rivas, tiene
derecho a guardar silencio” la voz del policía se
desvanecía mientras mis ojos se dilataban al ver a
Marina entrando al pasillo detrás de un gran oso de
peluche “intento de asesinato” solo escuchaba a lo
lejos, mientras el dolor en las muñecas se
acompañaba de un chasquido metálico al cerrar de
esposas …