reducir el volumen de los residuos generados, impulsar la I+D+i, y alcanzar la circularidad y la eficiencia de los recursos.
I+D+i para alcanzar la sostenibilidad
De la mano de la I+D+i, la industria también está llevando a cabo proyectos para mejorar la sostenibilidad de los productos y procesos del sector, muchos de ellos con el apoyo de la Comisión Europea a través de las subvenciones LIFE, entre otras. Algunos proyectos ya han hecho realidad innovaciones sostenibles, como el tramo de carretera de la Comunidad de Madrid asfaltado con una novedosa mezcla más resistente que el asfalto convencional elaborada con residuos de perchas, tapones, envases o neumáticos. Otros trabajan para conseguir incorporar material reciclado en envases alimentarios con el reto de adecuarse a las exigentes medidas que estos productos deben cumplir.
También se han desarrollado ya tecnologías de reciclado avanzadas que permiten a la industria recuperar desde films impresos hasta envases que hayan contenido productos peligrosos para su posterior reciclado y utilización en nuevos envases.
También se trabaja actualmente en el reciclado de las cajas de plástico empleadas para transportar alimentos frescos como el pescado, y que todavía parte de ellas, acaban en los vertederos de Europa. Su transformación en plástico reciclado de alta calidad para fabricar envases en contacto alimentario permitirá reducir hasta un 80% la llegada de estos envases al vertedero.
Alineadas con la economía circular se están desarrollando investigaciones que permitirán dar una nueva vida a residuos de diversas industrias. Restos de pescado, plumas de aves, suero de leche, recortes de pan, residuos de cítricos e incluso hortofrutícolas podrán ser valorizados como nuevos recursos y tendrán una segunda vida en forma de envases, como recubrimientos comestibles o aditivos para fabricar plásticos ignífugos.
De la I+D+i también han surgido nuevos materiales reparables, reprocesables y reciclables para industrias tan exigentes como la aeronáutica, textiles procedentes de fuentes renovables, envases que alargan la vida de los alimentos y son biodegradables, o nuevos nanomateriales empleados en la absorción de gases de efecto invernadero.