Sabemos que somos de la verdad y que nuestros
corazones están seguros en Él cuando dejamos que
Dios nos muestre en nosotros lo que está mal y lo co-
rregimos. Habrá momentos en nuestro caminar con
Dios que nuestro corazón no detectará lo que está
mal, pero Dios siempre lo hará. Alguien que ama a
Dios y pasa tiempo con Él aprende a escucharlo en
medio de las dudas del corazón. ¿Cómo podemos
hacerle para que Dios intervenga cuando nuestro
corazón titubea? El apóstol Juan dice que recibire-
mos lo que pedimos porque guardamos sus manda-
mientos y hacemos las cosas que le agradan.
“Amad a Jehová, todos voso-
tros sus santos; a los fieles
guarda Jehová, y paga abun-
dantemente al que procede
con soberbia.”
Salmos 31:23