Amando a DIOS
sobre todas las
ocsas.
El grande amor de
Dios
¡Vean que amor tan
grande nos ha dado
Dios al adoptarnos
en su familia para
que seamos llama-
dos sus hijos! Dios
nos ha cambiado el
apellido, en lugar de
pertenecer a la oscu-
ridad ahora somos
hijos del Dios todo-
poderoso. El após-
tol Juan menciona
en este capítulo 3
de su primera carta
que todos aquellos
que tengamos la es-
peranza de verle
debemos purifi-
carnos a nosotros
mismos, cuidar lo
que hacemos y ser
prontos para con-
fesar nuestras fal-
tas y arrepentirnos
cuando pequemos.
Recordemos que el
Hijo de Dios apa-
reció para quitar
nuestros pecados.
¡Su amor es per-
fecto! Nos cambió
la vida, nos dio un
nuevo corazón, nos
cambió de nom-
bre, nos dio una
herencia eterna y, si
alguna vez fallamos,
nos dio su perdón y
su gracia para seguir
adelante