REPORTAJE
“Para que la
combustión del
tabaco sea óptima
se cubre la cabeza
de la cazoleta para
garantizar que el
calor del carbón no
se escape.”
milares a las tradicionales
con los orificios en la base
y separadas por la mitad o
las que cuentan con varias
cabezas, hasta un máximo
de ocho, en las que se pue-
den poner distintos tipos
de tabaco. Asimismo los
fumadores que busquen
sensaciones más refres-
cantes están las cazoletas
de hielo. Están elaboradas
en cerámica, barro o arci-
lla y cuentan con un orificio
en el lateral por donde se
introduce agua. Posterior-
mente se introduce en el
congelador para que el
hielo otorgue a la fumada
un frescor diferencial. Por
último están las cazoletas
invertidas, diseñadas de
tal modo que el carbón se
coloca debajo del tabaco,
al contrario que el resto
de tipologías comunes.
Con ello se puede regular
la distancia entre ambos
elementos para ofrecer
más o menos calor e in-
fluir en la combustión y en
la duración de la fumada.
P
unzones y
aluminio
precortado
Para que la combustión
del tabaco sea óptima se
cubre la cabeza de la ca-
zoleta para garantizar que
el calor del carbón no se
escape. En muchos ca-
sos se suele utilizar papel
de aluminio, disponible en
cualquier supermercado, a
pesar de que no se ajuste
debidamente y pueda ge-
nerar algún problema en
la combustión. La opción
ideal está en el aluminio
precortado ya que se adap-
ta a las cazoletas sin ries-
go de desprenderse y afec-
tar a la fumada. El punzón,
por su parte, es necesario
para agujerear esa superfi-
cie y facilitar la entrada de
oxígeno. Para realizar esta
tarea el mercado ofrece
dos tipologías: una que
cuenta con una sola punta
afilada, y otra similar a un
cepillo de púas con la mis-
ma forma que la cazoleta.
VOL. 1 2017 HOOKAH MAGAZINE | 39
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