A inicios del siglo XX se desarrolló el movimiento modernista, también conocido como art noveu o modern style, en América Latina e inspiró a los artistas a ser rebeldes y libres de expresarse como ellos quisieran y romper los paradigmas que imponía el arte tradicional, se buscaba una nueva estética de la naturaleza y revolución industrial. El modernismo se difundió en el continente europeo y americano hasta llegar a lugares alejados como en el pueblo de Juticalpa en Honduras, donde vivía una chica que escribía poemas, su nombre era Clemetina Suárez.
En sus años de adolescencia tomó una gran pasión por la literatura. Algunos de sus autores favoritos eran el nicaragüense Rubén Darío y los hondureños Froylán Turcios y Alfonso Guillén Zelaya. Podía pasar horas leyendo sus poemas.
Clementina se negó a que su estatus social definiera su futuro, ya que era de buena familia y lo esperado era que encontrara un buen marido, se casara, tuviera hijos y se convirtiera en ama de casa. Desde joven tuvo claro que su libertad no podía ser comprada.
La mujer nueva