HOLOCAUSTO BAJO LA LUPA - JURGEN GRAF El Holocausto bajo la Lupa | Page 88

Jürgen Graf "La gente, hacinada, azuzada por las SS, letones y ucranianos, llegaba corriendo a través del portón abierto al «baño». 500 personas cabían por vez. El piso de la «sala de baño» era de metal, y del cielorraso pendían duchas. Cuando el espacio estaba lleno las SS conectaban corriente de alta tensión, 5.000 voltios, a la placa metálica. Al mismo tiempo, las duchas despedían agua. Un breve grito, y la ejecución había culminado. Un jefe médico de las SS, Dr. Schmidt, comprobaba a través de una mirilla la muerte de las víctimas, al señalar se abría la segunda puerta, por donde entraba «el comando cadáveres» y se llevaba rápidamente los muertos. Ya había lugar para los próximos 500". 42 Según Simon Wiesenthal, los cadáveres de los asesinados no se «quemaban en un horno crematorio, incandescente, hasta convertirse en cenizas» como nos quiere hacer creer el Dr. Phil. Stefan Szende; no, los verdugos preveían en este caso una utilización mucho más macabra. Confeccionaban de ellos jabón, de la marca RIF, «Rein jüdisches Fett» («grasa pura judía») [Observación: RIF significaba «Reichsstelle für industrielle Fettversorgung» o sea «Departamento para aprovisionamiento de grasa industrial»]: "En la última semana de marzo (1946)