HOLOCAUSTO BAJO LA LUPA - JURGEN GRAF El Holocausto bajo la Lupa | Page 128
Jürgen Graf
Cuando se abrían las fosas, surgía vapor de ellas como de
calderas gigantescas. El terrible hedor y el calor de los
hornos mataban a la gente esmirriada que se desplomaba
muerta sobre las parrillas de los hornos al querer
arrastrar a los muertos hacia ellos.
El judío Jankel Wiernik, sobreviviente creíble de 1
holocausto, nos alegra con más detalles picantes:
Los cadáveres se hacían embeber en gasolina. Esto
causaba costos importantes y el resultado no era
satisfactorio; los cadáveres masculinos sencillamente no
querían cremarse. Siempre que aparecía un avión en el
cielo, el trabajo se interrumpía y los cadáveres se cubrían
con hojarasca para no ser detectados desde arriba. Era un
espectáculo espantoso, el más horrible visto jamás por ojo
humano. Cuando los cadáveres de mujeres encintas se
quemaban, los vientres reventaban y era posible ver
llamear a los embriones en el cuerpo materno... Los
gángsteres están pare dos cerca de las cenizas y son
sacudidos
por
risotadas
satánicas. Sus
rostros
resplandecen de una alegría verdaderamente diabólica.
Brindan por la escena con aguardiente y las bebidas
alcohólicas más selectas, comen, bromean y se ponen
cómodos, calentándose al lado del fuego. 72
Para superar mejor el estrés en Treblinka, los alemanes y
los ucranianos se recreaban con música. La perita en
materia de holocausto Rachel Auerbach relata: Para
amenizar la monotonia de las matanzas, los alemanes
fundaron una orquesta judía en Treblinka... Esta cumplía
una doble función: Por un lado, su música cubría en lo
posible los gritos y gemidos de las personas arreadas a las
cámaras de gas y, por el otro, servía como diversión
musical de los guardias del campo, que provenían de dos
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Donat, The Death Damp Treblinka, p. 170
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