HOLOCAUSTO BAJO LA LUPA - JURGEN GRAF El Holocausto bajo la Lupa | Page 124

Jürgen Graf cámaras de gas, pero según ella el Zyklon no se «arrojaba», sino que subía desde orificios en el piso hacia arriba: Un toque de timbre estridente, e inmediatamente comenzó a subir el gas por los orificios en el piso. Desde un balcón, de donde se podía ver la puerta, los hombres de las SS observaban con curiosidad la agonía, el espanto y los espasmos de los consagrados a la muerte. Para esos sádicos, aquello era un espectáculo del que no se cansaban nunca... El trance mortal duraba entre 10 y 15 minutos... Poderosos ventiladores expulsaban el gas. Ahora aparecían los miembros del comando especial con máscaras antigás y abrían la puerta que estaba en frente de la entrada y donde se encontraba una rampa con pequeños carritos. El equipo cargaba los cadáveres sobre el carro, con el mayor apuro. Otros esperaban. Y después muchas veces sucedía que los muertos resucitaban. En esa concentración el gas solamente narcotizaba y no mataba. Muchas veces ocurrió que las victimas volvían en si sobre los carros... Estos bajaban la rampa a toda velocidad y descargaban su carga directamente en el horno. 66 Pero también fuera de las cámaras de gas sucedían cosas raras en Auschwitz: De vez en cuando también llegaban médicos de las SS al crematorio, casi siempre el Hauptsturmführer Kitt y el Obersturmführer Weber En esos días aquello parecía un matadero. Antes de las ejecuciones, los dos médicos palpaban los muslos y las pantorrillas de los hombres y mujeres aún con vida para seleccionar los «mejores cortes». Después del fusilamiento, las víctimas eran colocadas sobre la mesa. A continuación los médicos cortaban piezas de carne aún caliente de los muslos y de 66 Citado según R.Faurisson, Réponse á Pierre Vidal-Naquet, La Vieille Taupe, 1982, p. 58-59. 124