HOLOCAUSTO BAJO LA LUPA - JURGEN GRAF El Holocausto bajo la Lupa | Page 110

Jürgen Graf habrían pregonado sin empacho al mundo entero sus intenciones de genocidio! 30. El juicio de Nuremberg Ya que para el holocausto no existen pruebas -- ni documentos, ni cadáveres, ni armas del delito, nada de nada - y puesto que las citas de Hitler por sí solas con formarían una base demasiado endeble para una acusación de semejante peso, los vencedores, y más tarde sus títeres alemanes, encargaron después de terminada la guerra a los tribunales de producir las pruebas para el espejismo de un genocidio millonario en cámaras de gas del cual no han quedado los más mínimos rastros. La finalidad del juicio de Nuremberg era fijar como hechos históricos los crímenes, únicos en la historia mundial, y supuestamente cometidos por los alemanes. Si bien ni las potencias occidentales vacilaban en aplicar torturas físicas oportunamente (véase el caso de Rudolf Höss y de la tropa de vigilancia de Dachau), se empleaba en la mayoría de los casos una táctica más sutil. Aun considerándose el holocausto como un hecho firme e inamovible, bien podía discutirse con los fiscales acerca de la culpabilidad individual de uno u otro de los acusados que desde el principio carecían de toda posibilidad de salvarse. Así fue como una figura tan importante como el ministro de armamentos Albert Speer pudo salvarse de la horca, admitiendo el holocausto y confesando su complicidad moral. En los juicios posteriores contra los nazis de segunda línea, los acusados aplicaron a menudo y con 110