History, Wonder Tales, Fairy Tales, Myths and Legends Principales Leyendas, Mitos y Cuentos Chilenos | Page 294
Aun así, a pesar de la hambruna y las enfermedades, logró reunir más de 2.000
guerreros cruzando por primera vez el Bío-Bío y seguir rumbo al norte. En su
marcha fue reclutando gente entre los picunches, gente pacífica poco dada a los
mesteres de la guerra. Si a ello se agrega que Lautaro mantenía una rígida
disciplina entre sus hombres pero, a su vez, dejaba que cometieran toda clase de
tropelías cuando esas comunidades indígenas no se enrolaban en sus huestes,
tenemos una fuerza doblemente debilitada por lo raleado de sus tropas y la
reticencia, cuando no el rencor, de los picunches y grupos tributarios. Aun así los
mapuches lograron sendas victorias en el pucará de Peteroa y en el cruce del río
Itata en los cuales se utilizó, por primera vez, la caballería armada como lanceros,
destrozando los esquemas tácticos del conquistador.
Pedro de Villagra, primo de don Francisco de Villagra, inició una campaña
reuniendo 50 jinetes, doce arcabuceros y 300 yanaconas. Supo que Lautaro tenía
cuartel en un pucará situado en Peteroa y pronto estuvo en las inmediaciones del
fortín mapuche. Lautaro lo atacó por la retaguardia, haciendo uso de la caballería
indígena y haciendo que Pedro de Villagra y sus tropas se replegaran hacia un valle
encajonado mientras, desesperado, enviaba emisarios a Santiago solicitando
refuerzos. En el camino se encontraron con Diego Godinez que traía 30 jinetes los
cuales por casualidad se toparon con 180 mapuches que iban camino a reunirse con
su caudillo. Se trabó una furiosa batalla donde Godinez quedó tan mal herido que
tuvo que retirarse.
Mientras tanto Lautaro cruzó el río Itata y reagrupó sus fuerzas en la orilla norte del
río. Allí armó campamento a la espera de los acontecimientos.
Hay un episodio que narra una entrevista concertada a distancia, valle por medio,
entre dos cerros, llevada a cabo entre Lautaro y uno de los capitanes de Villagra,
Marcos Veas, quien fuera amigo del Toki en tiempos en que éste estaba al servicio
de Valdivia. Veas, soldado y español, insta a Lautaro a deponer las armas ya que no
se podría oponer por siempre al poderío español. Lautaro le respondió con firmeza
precisando que sería el río Maule la frontera entre los españoles y la nación
mapuche. Como si fuera poco, pidió un tributo en caballos, mujeres y armas a
cambio de respetar los límites. Veas rechazó indignado la oferta y dió por
terminada entrevista y amistad.
Lautaro avanzó hacía el río Maule y una vez cruzado éste, se enteró que Francisco
de Villagra había salido de Santiago con un batallón punitivo de 50 jinetes y 30
arcabuceros, más un millar de yanaconas. Juzgando Lautaro que la capital quedaba
desguarnecida avanzó hacia el norte, dejando pasar, a Villagra y hacia el sur sin
que éste cayera en cuenta de la movida del enemigo.
294