History, Wonder Tales, Fairy Tales, Myths and Legends Principales Leyendas, Mitos y Cuentos Chilenos | Page 248
Ella pone unos huevos de la magnitud de un garbanzo.
Lo elogian como notablemente bello por su vestido de sutiles plumas y por los
cambiantes que ofrecen los finos colores que permiten la gradación de los matices.
Tiene el resplandor del oro y de las piedras preciosas. Hasta después de muertos,
disecados, conservan su esplendor.
Como es un bebedor de ambrosía, por otro nombre tiene el de Bebenéctar, lo
llaman también Colibrí y por permanecer largo rato suspendido fijamente en el aire,
por avanzar, retroceder, descender, le viene que le digan Tente en el Aire, pero el
más corriente es el de Picaflor de picar la flor, lo que no hace. Le apetece
sobremanera el néctar de las flores, el que sorbe con tal delicadeza, que no les
causa él menor daño. Aparece repentinamente, y para de pronto su vuelo
vertiginoso ante una flor, y puede que dé con un insecto de ellas.
Se hurta con precipitación de los ojos de quien le mira.
Se le considera como el símbolo de la inconstancia, porque continuamente salta de
flor en flor, lo que sí hay que aceptar es que es polígamo. Ser un Picaflor es ser
muy cambiante en el amor. En el invierno se retira a las concavidades de los
árboles y en ellas se sepulta y adormece con tal suspensión de los sentidos, que
parece muerto, para volver en su tiempo a los campos de flores con nuevo vigor.
Para los campesinos es un misterio, no saben lo que ocurre con ellos en la época de
lluvia. Si bien opinan que se ocultarían en troncos huecos, pasando esa temporada
en sueño, o bien se colgarían de una rama.
Los mapuches lo conocen por Pingueda o Pincuda y creen si llevan a sus nidos un
cabello, la persona a quien pertenece queda expuesta a fuertes y prolongados
dolores de cabeza.
A la vez presagia muerte por ahorcamiento a las personas que les toma cabello para
hacer su nido, sobre todo a las mujeres. Como lo ven aletargado y pendiente de una
rama, generalizan que así quedarán quizás las que han tenido cabellos en contacto
con el Picaflor (Reducción de Angol).
Siempre los mapuches les han asignado propiedades purificadoras y hombres y
mujeres corrían tras estas inquietas avecitas con la esperanza de aprovecharlas para
redimirse, lograr una purificación y alivianarse.
En Chiloé lo distinguen con el nombre de Pinga, Pimpinga y las mujeres que no
pueden ser madres creen que cogiendo un Picaflor y al suave contacto con sus
manos dejándolo luego en libertad, se recibe la dicha de engendrar.
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