History, Wonder Tales, Fairy Tales, Myths and Legends Principales Leyendas, Mitos y Cuentos Chilenos | Page 216

Durante toda su vida la tuvo presente. Sólo necesitaba cerrar los ojos, evocando aquella noche de la erupción para revivir todo el horroroso espectáculo. ¿Cuántas veces ya lo había evocado en su vida? No lo sabía. Sabía, que era locura evocar todo lo terrible solo para volver a sufrir nuevamente. Pero fué como una maldición, como una indispensable droga que exigía su cerebro. Después de tres días se había calmado el volcán aquella vez. Durante ese tiempo se habían sucedido sus erupciones sin descanso. Parecía que jamás terminaría de brotar de su interior el líquido candente. Luego se calmó y quedó mudo, tan repentinamente como había estallado días anteriores. Sólo de vez en cuando echaba al cielo una nube de humo blanco, aparentando un gigante fumando su pipa. Lentamente bajaba y bajaba desde la atmósfera la ceniza expulsada anteriormente, cubriendo toda la comarca con un manto gris uniforme de hasta diez y más centímetros en algunas partes. Los padres de Nahuel habían perdido todo. Pero seguían con vida! respiraban penosamente y les ardían y lagrimeaban los ojos por el aire saturado de gases y cenizas. No les importaban aquellas pequeñas molestias. Pudieron abrigar la esperanza de volver a ver nuevamente algún día no lejano al astro sol. En aquel entonces su padre no había podido ayudar a los demás sobrevivientes. Cada familia tuvo que preocuparse en primer lugar por su propia supervivencia. El prevenido cacique había enterrado cerca del Lago gran parte de su última cosecha de piñones. Son las semillas de la Araucaria Cordillerana, por ellos llamada PEHUEN y sumamente ricas en proteínas. Junto con la carne y leche de algunas chivas que se habían salvado del desastre, pudieron asegurar por lo pronto el sustento de su familia. El volcán se había calmado y los sobrevivientes se habían reunido. Algunos de ellos valientes y astutos comenzaron nuevamente a reconstruir sus chozas al mismo pie del volcán. La tentación fué demasiado grande, pues allí tenían a mano en cualquier momento aguas cristalinas del deshielo, para su uso personal y también para el riego de sus huertas. El suelo allí fertilizado con una gran capa de ceniza, rica especialmente en potasio, prometía superproductividad. Con algunos riegos 216