SUPER
VIVEN
CIA
decidió nombrarlo así porque es un nombre
bíblico: “Esteban era, la mano derecha de
Jesús, de Dios, y Jesús, por él. Esteban
significa corona, la corona y Jesús, él, el que
todo lo puede”. Ella es una mujer creyente,
católica, con rela�va frecuencia asiste a la
iglesia, aunque hoy no tanto porque el
cuidado de su hijo copa gran parte de su
�empo, pero señala que le hace falta
escuchar la palabra de Dios. Esteban
abandonó el hospital cuando contaban 3
meses de nacido “que eran los nueve meses
en la barriga”; ya pesaba 2,000 gramos y un
poquito más alto, pero se demoró para
crecer, se lo entregaron bajo su
responsabilidad, con la instrucción que tenía
que cuidarlo y eso lo hizo perfectamente:
“El niño estaba gordo, yo lo llevaba a control
cada mes, iba subiendo, subiendo y creció”.
PARECÍA
UN “NIÑO
NORMAL,
él tenía sus ojitos negritos y todo, pero yo
sabía que tenía que tener cuidados porque
a mí me dijeron, allá que había que esperar,
lo único claro era que no tenía microcefalia”.
Esto le dio cierto alivio a Yurani, su mamá
e incluso su papá quienes se entregaron
en cuerpo y alma al cuidado del niño; ella
además en la noche asis�a al bachillerato
nocturno, donde a través de un sistema
flexible y haciendo dos años en uno, logró
graduarse, con su hijo como invitado
de honor que para la época ya contaba con 7
meses. Era el único niño en el grado, “todo
el mundo estaba encantado, y decían que
niño tan bonito, lo llevé con un chalequito,
una camisita blanca y un pantalón en jean”.