Dado el es�gma y la discriminación que sufren las
adolescentes embarazadas en los escenarios
escolares, Yurani tuvo que cambiarse al horario
nocturno para acabar su formación secundaria,
ya que según el rector “era un mal ejemplo y que
no admi�ría allí a una mujer con una barriga”;
sin embargo esto no le importó, pues su voluntad
era terminar el bachillerato. Entre tanto, su
gestación transcurría sin dificultad: “El embarazo
fue muy bueno…, después del mes, yo no sen� lo
que era un vómito, un mareo yo comía de todo”.
Los primeros meses de gestación transcurrieron
con normalidad, asis�a a los controles, todos los
meses, desde la primera ecogra�a, en la que tenía
sus “piernitas abiertas”, supo que era un niño,
no�cia que recibió con gran felicidad, pues era el
sexo que deseaba para su hijo, comía sanamente
porque su mamá estaba pendiente de ello, pero a
los cinco meses se contagió de Zika y se puso muy
mal. La enfermedad afectó sin excepción a todos
los miembros de la familia. Esto coincidió con el
ES
TIG
MA
periodo de alerta máxima sobre la epidemia
en Colombia, donde se hablaba de Zika por
todos los medios, esto hizo que Yurani al
percibir síntomas como dolor ar�cular y fiebre
alta, consultara al médico, cuando iba llegando
al hospital se desmayó razón por la cual
la remi�eron de inmediato a Barranquilla.
La angus�a de Yurani aumentó
considerablemente, en razón que había leído
como el Zika tenía consecuencias sobre el
embarazo y ella no quería que su niño naciera
enfermo, hecho que fue corroborado cuando
le dijeron, que el niño venía con problemas,
que iba a nacer con malformación,
con microcefalea,
NO IBA
A SER
UN NIÑO
NORMAL