Historia | Page 11

En busca de la libertad

En los primeros días de marcha hacia la cordillera, un buen número de soldados aprovechó la oportunidad de desertar en algunos de los parajes en donde acampaban. Muchos de ellos estaban disconformes porque habían sido incorporados por 5 años al ejército. Esto significaba que las posibilidades de morir eran muy grandes. La mayoría de los soldados eran analfabetos, pero no por ello menos capaces que el resto.

Para reducir la deserción se empleaba una especie de policía llamada “Partidas volantes” que se encargaba de atrapar a los insurrectos, reprenderlos con severos castigos y reincorporarlos al ejército. A pesar de estas medidas, la deserción fue constante. El General San Martín le dirigió en una carta al Director Supremo, en la que mencionaba que durante el cruce de los Andes, tenía una pérdida de 400 hombres entre desertores y enfermos.

¿Cómo transportaban el agua?

No había dinero para comprar cantimploras y se resolvió usar cuernos de vaca para fabricar recipientes individuales para cada soldado. Se dice que alguno que otro llevaba más de un cuerno, uno con agua y otro con agua... ardiente o vino para combatir el frío.