Historia sobre la música clásica. Historia insolita de la musica clasica I - Alberto | Page 11

Historia insolita de la musica clasica I www.librosmaravillosos.com Alberto Zurron periférica, y que el esfuerzo por mantener a raya a sus rivales era para todos ellos una fatiga necesariamente asumida, un podrido fruto del que comían sin hambre, una necesidad casi superior a esa convicción de poseer la cualidad divina consistente en fabricar lo que momentos antes sólo existía en forma de idea. La génesis creadora, esto es, el motivo primordial por el que nace una obra al mundo de los oídos, sigue siendo un enigma más propio de la mitología que de la neuromusicología; pero lo cierto es que en esa génesis comparten alimento hermanos de muy distintos pesos y diferentes necesidades gastronómicas: el talento se acomoda contra el afán de perfección, el de perfección contra el de superación, el de superación contra el de superioridad, el de superioridad contra el miedo al fracaso y este miedo contra el complejo de inferioridad, contra el derrumbamiento, en definitiva. Y así queda trazada la parábola, con todas sus cumbres y todas sus mesetas. Los ejemplos que aquí les vamos a ofrecer encajan en todas esas piezas, haciendo de la personalidad del músico un complejo muñeco articulado capaz de lo mejor… y de lo peor. Pero empecemos. Ya lo decían los mandamientos: respetarás a tu prójimo Cuando un músico alcanza un determinado estatus social lo que demanda es algo más que respeto. Demanda un tratamiento diferenciado y diferenciador, y si no se le dispensa se rompe por la costura más frágil de su traje de emperador: la susceptibilidad. Imagínense cómo debió de sentirse Dmitri Shostakovich cuando, siendo el más alto representante del lobby musical soviético, fue enviado a Estados Unidos en 1949 como parte de una delegación musical rusa y, haciendo escala en Fráncfort, lo primero que le dio un periodista fue una palmada en la espalda seguida de una pregunta tan indudablemente existencial como: «Hallo, Shosty. ¿Quiénes le gustan más: las rubias o las morenas?». Sin duda, la culpa es de los periodistas, faltos de conocimientos básicos sobre la psicología aplicada para genios, pero quedan 11 Preparado por Patricio Barros