Historia del Mercado de Tortosa LLIBRE+MERCAT+DE+TORTOSA+FINAL | Page 88

Que en la noche callada El céfiro ligero, dulce, blando Produjo esta hecatombe lastimosa Tras la que airada despertó Tortosa, Protestas hasta el cielo levantando. ¡Que vaya al suelo! dice un gimido; Sin conseguir siquiera ser oido El general rumor por tal ruina. Tanto aún la plebe a sentimiento inclina Piedad, piedad, exclaman las mujeres Que mañana nosotras entraremos A buscar el pan de nuestros hijos Y en vez del alimento de estos seres La inesperada muerte encontraremos Causando a la ciudad llantos prolijos Ante estos riesgos fijos No consienta Tortosa, Que siga lastimosa Una obra tan falsa y tan endeble Muestra del poco tacto que han tenido Los que el mercado-cuadra han dirigido Construyéndolo débil, malo, feble Con frágil base y falsos materiales Propios de parideras y corrales: Pues que vaya al suelo, que vaya al suelo Si no ansiamos sufrir días de duelo. PUBLICIO El poeta, tira con bala y da a entender detalles entonces conocidos por todos, como fue la construcción del lago del Parque, supuestamente construido a medias entre Bernardo y nuestro Arquitecto. DIARIO DE TORTOSA - 10 de Febrero de 1886 LA PRENSA Y EL MERCADO Para que se comprenda que no son la saña ni es despecho las pasiones que nos guían al tratar estos días el derrumbamiento de la fachada del Mercado en construcción, copiamos seguidamente los sueltos que algunos periódicos han dedicado al mismo asunto, corroborando también los cargos de que se queja "La Verdad", pretendiendo defender lo que no tiene defensa. Dice el Semanario de Tortosa: «Otra vez el Mercado: Un periódico de esta ciudad dio ya la voz de alerta el martes de esta semana, denunciando al público haberse abierto varias grietas en algunos puntos del edificio. Desgraciadamente sus temores se han realizado. El jueves por la madrugada derrúmbose toda la fachada principal, habiéndose percibido el estruendo del desplome, en varias calles de aquella barriada. Por la frecuencia con que estos incidentes se repiten, hase levantado un clamoreo entre las vendedoras que deben ocupar el edificio una vez terminado; temiendo, con razón, ocurra una desgracia horrible el día en que, por orden de la autoridad, se trasladen a dicho punto. - 88 -