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Empero, sea la que quiera la causa de tan injustificable como continuo abuso,
éste debe desaparecer y pronto, muy pronto Sr. Alcalde y aún formarle
expediente al referido Sr. Abril, para que restituya a prorrateo los sueldos que
ha cobrado sin ganarlos, sin que le sirva de excusa el que sus cotidianas
ausencias son con anuencia y permiso de sus superiores; toda vez que las
facultades de los mandatarios nunca alcanzan hasta permitir que se defrauden
los intereses del mandante, que es el contribuyente.
¡Afuera, pues, los empleados que liban sin ganársela la miel del panal
Municipal.
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Por consecuencia, sin duda, de las repetidas ausencias de nuestro Arquitecto
Municipal, hemos tenido ocasión de observar como Don Bernardo Sacanella,
Secretario del Banco de Tortosa y primer Síndico, todo en una pieza, (¡y Viva la
legalidad!) ocupa la plaza de aquel, puesto que, con esa poca… aprensión que
distingue a D. Bernardo, dirige la colocación o trazado de las aceras frente al
Mercado en construcción, sueño dorado de sus ilusiones.
También es de presumir el que por la propia causa de la evaporación de
nuestro cuco Arquitecto, se haya encargado cierto jovencito, sin práctica ni
carácter para ello, de rectificar la alineación de uno de los puntos del arrabal de
las Ferrerías.
Vámos, que la cosa tiene miga ¿no es verdá usté Sr. Alcalde?
Pero, basta ya de matemáticas, y a ver como metemos en cintura, y bien
estrecha, a ese Arquitecto nominal, a fin de acabar con tantas informalidades y
tantos absurdos.
¡Ah! Y de paso, no fuera malo que se le hiciera comprender a D. Bernardo que
su puesto está en otra parte, y que ni olvide aquello de:
«Zapatero a tus zapatos»
Lo extraño es que el comentarista, no cite de su prolongada ausenta,
abandonando las obras del Mercado en construcción.
ACUERDOS – 27 de Julio de 1885
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En vista de la petición del Arquitecto D. Juan Abril, se acordó concederle
dos meses de licencia para el completo restablecimiento de su salud,
entendiéndose que el uso de aquella, deberá ser sin sueldo, nombrando
interinamente para la dirección de las obras municipales, a D. Prudencio
Barber, Ayudante del Cuerpo de Obras Públicas, con la mitad de sueldo
correspondiente a la plaza de Arquitecto.
Tantas licencias… O sea que, cuando mas hace falta el Arquitecto
para dirigir las obras del Mercado, se ausenta, dejando en su lugar a un
inferior, que cobra la mitad… y si hay algún percance, quien es el
responsable?
Y es que nuestro Arquitecto, ante las malas noticias de la epidemia,
decide poner los pies en polvorosa, para librarse de morir a tan temprana
edad. El pretexto el de siempre, atender su quebrantada salud…
CORREO DE TORTOSA - 1º Septiembre de 1885
Esta mañana se ha venido abajo uno de los andamios de las obras del
Mercado y con él, tres o cuatro obreros que en el mismo había, los cuales
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