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exhibirse bufona podrá
por las calles y plazas de aquesta
gonzalista esquilmada ciudad
alebrado cual otro Tom Ponce.
Y tu voz de falsete a sonar
en la sala de aquellas sesiones,
donde tanto lucirse podrás
tu elocuencia y talento sublimes
sobre todos al fin se impondrán;
y por esto se dice a priori
muy bajito por la vecindad
que hay quien piensa erigirte una estatua
en mitad de la plaza de Dalt.
(Esto se canta con la música del himno de Riego)
Pero no, que el chico se espantaría y huiría a esconderse como un ratón.)
Y el comentario que sigue, dedicado a nuestro Arquitecto, es mas serio,
mas agresivo si cabe, que de alguna manera es el puro retrato de D. Juan
Abril, visto por sus contemporáneos.
DIARIO DE TORTOSA - 19 de Julio de 1885
¿No habrá por ahí alguna persona caritativa que nos pueda manifestar por
donde andan los huesos del Arquitecto Municipal de Tortosa, señor D. Juan
Abril.
Este buen señor que, desde la primera vez que fue nombrado para este cargo,
ha pasado mas temporadas y mas largas, fuera que dentro de esta ciudad,
sabido es que hubo de quedar cesante por el Ayuntamiento formado por
nuestros amigos, que no quisieron hacerse solidarios de tanto abuso.
Empero, los que les sustituyeron, a fuer de conservadores, amparadores de
todo lo irregular, se apresuraron a devolverle la prebenda a dicho señor Abril,
quien no habiendo escarmentado con la cesantía sufrida, ha continuado y
continua en sus frecuentes excursiones, que podrán ser muy favorables a sus
intereses particulares, pero que sobre lastimar los de la localidad, son
perfectamente ilegales.
A ver pues, Sr. Alcalde, si V. pone mano sobre este vividor, que disfruta una
verdadera canongia, con la placeta de Arquitecto Municipal de Tortosa; que no
con serlo y llamarse D. Juan Abril, ha de ser de mayor condición con sus 3.000
pesetitas de sueldo saneado y ainda nais, que los demás dependientes que
trabajando día y noche como desperados por una mezquina retribución y a
quienes se les pone de patitas a la calle a la mas pequeña falta que cometen,
quizá mas justificada.
Los vecinos de Tortosa pagan un Arquitecto para que sirva su cargo bien y
fielmente y no para que se chupe el sueldo fuera de la localidad para rellenar
su bolsillo por otros conceptos; y como el que paga manda, y como Vd. es el
jefe de los administradores de esta ciudad, a V. le corresponde mas
directamente el proponer y ejecutar un acuerdo que declare la baja de tan
egoísta empleado, con lo cual aprenderá que repicar y andar en la procesión,
no puede ser.
Pasma tanta tolerancia que no podemos comprender, a menos que el
favorecido cuente con un valioso que por excesivo cariño, o que comparta con
él dicho sueldo, le sostenga contra viento y marea; que también pudiera sr.
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