Historia del Mercado de Tortosa LLIBRE+MERCAT+DE+TORTOSA+FINAL | Page 178
mayoría de los concejales sancionaron con sus votos la ruina y perdición de
Tortosa.
Baldón eterno caiga sobre aquellos que obraron con tanta ignorancia como
imprudencia, con tanta ligereza como falta de patriotismo.
Diez y nieve individuos incluso el Presidente, formaban el Consistorio.
Un numeroso público, formado de todas las clases sociales y opciones
políticas, constituía el auditorio, ávido de conocer personalmente a los ediles
que sabían defender los sagrados derechos de Tortosa, y a quienes los
dejaban olvidados, y mas que olvidados, los contrariaban.
Subleva el ánimo el recordarlo.
El poco patriotismo de los unos y el cinismo de los mas a puesto a Tortosa en
una fatalísima situación, situación de escarnio, de indignidad, de ignorancia y
de miseria.
¿Que hubiera sucedido en otra población de menos cordura y sensatez que la
nuestra?
Cuando una población como Tortosa, llega a un estado tal de
abarraganamiento (amancebarse) y podredumbre, bien puede desistir de
llamarse culta y libre. Burlada en su decoro y perjudicada gravemente en sus
intereses, colocada está a los pies de los caballos.
Ni un solo hecho ha habido aquí que no haya sido digno de censura y las
personas que se han confabulado para conspirar constantemente contra los
intereses de Tortosa, ya por ignorancia, ya por malicia, , ya por fines que ellos
se saben, dieron una prueba bien manifiesta en la sesión que nos ocupa.
Pero sigamos el relato del acto, para hacer luego después, algunas
consideraciones que surgen del mismo.
Eran las once de la mañana cuando en el salón de sesiones entró el Sr.
Presidente, a quien seguían como humildes corderos, catorce individuos que
habían de formar la mayoría, y eran los siguientes:
D. José Mirapeix, D. Ramón Piles, D. Enrique Tremoleda, D. Rafael Lledó, D.
Buenaventura Sans, D. Ramón Raga, D. Francisco Raga, D. José González y
Cabanne, D. Francisco Martí, D. Juan Curto, D. Pedro Pastor, D. Antonio Tort,
D. Antonio Chavarría, y D. Bernardo Sacanella.
Tras de este personal tan escogido, seguían las nobles y simpáticas figuras de
la minoría, que tan brillante campaña han hecho, los Sres. D. Francisco
Escardó y Cid, D. Juan Valls, D. José Llatse y D. Pío Isuar; verdaderos
patricios, quienes solos, han sabido interpretar tan fielmente los sentimientos
de la opinión pública y defender bizarramente los derechos e intereses de
Tortosa. Bendecidos sean los nombres de estos señores, para que caiga toda
la responsabilidad sobre los culpables.
El señor Presidente abre la sesión y el Secretario da lectura al acta anterior,
que fue aprobada, previo un sencillo reparo que hizo el concejal Sr. Isuar.
El señor Presidente, D. Pascual Ballesté, reclinado con indolencia y fumando
un gran cigarro habano, dijo que iban a ponerse a discusión los dictámenes de
las comisiones de Hacienda y Fomento respecto a la forma que debía recibirse
definitivamente el célebre Mercado.
El concejal de la minoría D. Francisco Escardó pide la palabra, y obtenida, dijo:
Que en atención a que los dictámenes de los señores de las Comisiones de
Hacienda y Fomento, estaban basados literalmente en el informa que habían
dado los letrados D. Juan Balagué, D. José Cañé y D. Antonio Kíes, y toda vez
que contra este informe se habían formulado otros firmados por mayor número
de abogados, se nombrase del seno de del Ayuntamiento, una comisión para
que estudiando mas el asunto, pudiera dictaminar con mas seguridad y certeza
y proceder a la recepción del Mercado, de una forma estrictamente justa y
legal.
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