Historia del Mercado de Tortosa LLIBRE+MERCAT+DE+TORTOSA+FINAL | Page 124

INAUGURACIÓN DEL MERCADO CORREO DE TORTOSA - 1 de Septiembre de 1887 Esta mañana ha tenido lugar la apertura del Mercado. A primera hora las hortelanas han invadido el edificio, ocupando los puestos destinados a la venta de verduras. Anoche, ya lo verificaron la mayor parte de los que tenían puestos ambulantes en las calles de nuestra ciudad, principalmente para la venta de carne y pesca salada, trasladando al mercado las valijas, pesas, instrumentos cortantes, etc. de que se sirven para la venta de los artículos. A las ocho de la mañana, cuando hacía ya muchas horas que el Mercado estaba abierto, ha salido de la Santa Iglesia Catedral, una procesión para bendecir el nuevo edificio. Monaguillos, sacerdotes y dos curas párrocos, el maestro de ceremonias y sacristán mayor, cerrando la procesión, tres señores sacerdotes con capas y dalmáticas moradas. Llegados al Mercado, han sido recibidos por una Comisión del Banco de Tortosa, encaminándose la procesión a un altar que se había erigido junto a la puerta del edificio que mira al río. Allí se han recitado las oraciones de ritual y bendecido el local, que ha recorrido después la procesión, rociando el preste con agua bendita con el aspergees. Terminado este acto, ha regresado la procesión a la Catedral. LA VERDAD - 1 de Septiembre de 1887 Ayer tarde se hizo saber al público por medio de pregón, que hoy debía tener lugar la apertura del Mercado nuevo. Las gentes en general recibían con aplauso, tan grata nueva, pues de tiempo que era un vehemente deseo el traslado de la plaza de abastos del punto que hasta hoy ha ocupado, al establecimiento que se acaba de abrir en las inmejorables condiciones que reúne de espaciosidad y otras comodidades de que carecía la plaza de la Constitución. Y a continuación, como no podía ser menos, aprovecha para soltarnos el siguiente comentario de circunstancias: EL MERCADO Un gran acontecimiento es para Tortosa, la apertura que ha tenido lugar hoy, de su nuevo Mercado de abastos. Hace ya de algunos años a esta parte que un establecimiento de esta índole se imponía, e inponíale nuestro estado de cultura y las condiciones de la plaza en que se verificada desde tiempo inmemorial, la venta de los artículos de nuestro diario consumo. Acumulados los puestos de venta en reducido espacio, expuestos compradores y vendedores a todas las inclemencias del cielo y todas las incomodidades del local, las quejas eran continuas y sin cesar les reclamaciones de concluir con aquel estado de cosas, que si por siglos se había podido tolerar, en el presente constituían una verdadera ignominia para una población importante y de un vecindario de 25.000 almas. - 124 -